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martes, 31 de marzo de 2015

El triunfo de Ferrari en Malasia reverdece un Mundial de Fórmula 1 que parecía previsible y destinado a Mercedes

 

Tras un safety car, el español Iñaki Rueda, el estratega de Scuderia italiana, decidió mantener a Sebastián Vettel en pista. Su coche se mostró muy respetuoso con los neumáticos, con un ritmo muy mejorado con respecto a la primera carrera y una enormidad con respecto al año pasado.


Una golondrina no hace primavera pero la victoria de Sebastián Vettel, la primera de Ferrari en casi dos años, ha cambiado el color de un Mundial de Fórmula 1 que parecía destinado a Mercedes sin encontrar apenas resistencia. El nivel mostrado en pretemporada y la primera cita del calendario por parte de Hamilton y Rosberg, indicaban sin duda alguna que este 2015 prometía ser un paseo militar para el equipo anglo-germano, pero el encadenamiento de una serie de circunstancias en Malasia han hecho disparar las esperanzas de todos ante lo que pudiera ser un campeonato más disputado, divertido y con mayor atractivo.
La Fórmula 1 depende en gran medida de que haya lucha, igualdad y finales abiertos, y el dominio abrumador de los Mercedes en 2014 arrojaron cifras de audiencia muy a la baja, algo que preocupaba en sobremanera a los rectores del negocio, las cadenas de televisión y anunciantes. Este año todos temían más de lo mismo, pero un acertadísimo fin de semana por parte de Ferrari hacen albergar ciertas esperanzas de que el panorama podría mejorar. 

Nuevo director, masiva sustitución de cargos y 100 millones de euros
Ciertamente los cambios a los que Sergio Marchionne -presidente del grupo Fiat-, sometió a la mítica escudería parecen haberle sentado estupendamente. La llegada de Sebastián Vettel, el nuevo director, Mauricio Arribavene y, entre otras cosas, la masiva sustitución de cargos medios y una fuerte inversión (se habla de 100 millones de euros), han arrojado los primeros frutos, mucho antes de lo previsto. Los italianos no se pusieron fecha para recabar sus primeros resultados, pero hasta para ellos esta victoria ha sido una sorpresa, porque ha llegado contra todo pronóstico.
A pesar de la notable mejora por parte de los de Maranello, los Mercedes fueron más rápidos durante todo el fin de semana, hicieron la pole position, eran más rápidos en línea recta y las dos mejores vueltas en carrera fueron de ellos. Por todo ello nada hacía presagiar a priori que no salieran del circuito de Sepang sin su trofeo de ganadores, pero las circunstancias se acabaron aliando con la audacia de las dos paradas que hicieron, en contra de las tres de los Mercedes (la estrategia a dos paradas solo la hicieron tres coches).

Iñaki Rueda, el estratega español de Ferrari
Tras un safety car, el español Iñaki Rueda, el estratega de Ferrari, decidió mantener a Sebastián Vettel en pista. Su coche se mostró muy respetuoso con los neumáticos, con un ritmo muy mejorado con respecto a la primera carrera y una enormidad con respecto al año pasado. Por el contrario, Rosberg y Hamilton pararon tres veces, a su W06 le sentó regular el calor reinante y, al final y aunque Lewis tenía relativamente al alcance al piloto germano, no tuvo velocidad ni tiempo para darle caza. Más que un éxito de Ferrari -que lo fue-, pareció un demérito de Mercedes por no haber estado a la altura en su gestión a pesar de tener los mejores mimbres. Es más, no esperaban que les ocurriera esto y prueba de ello fue que tan desprevenidos les cogió la situación que hasta Paddy Lowe, uno de los responsables de las órdenes desde el muro, en plena vorágine, empezó a hablar por radio a Lewis dando órdenes que eran para los ingenieros. Un despiste poco frecuente y propio de una reacción de urgencia al ser conscientes de lo que estaba pasando. El piloto respondió airado y con tono recriminante: “¡No me habléis cuando estoy por las curvas!”.
Ferrari y Sebastián Vettel han dado un enorme paso en muchos aspectos, no sólo en el plano técnico, y esto empieza a reportar dividendos, justo los dividendos que dejó de recabar Fernando Alonso cuando salió por la puerta de la Scuderia, y los que pintan muy lejanos tras ver su debut con McLaren-Honda. Clasificado penúltimo justo por delante de los muy deficientes Manor (fuera del 107% el sábado), abandonó en la vuelta veintidós cuando rodaba octavo debido a un problema de temperatura en su motor. Pocas vueltas más tarde lo hizo su compañero Jenson Button en similares circunstancias. En Honda querían ganar carreras este mismo año, pero para que eso ocurra, tendrán que empezar por acabarlas. Visto lo visto, siguen de pretemporada en esta segunda carrera.

Carlos Sainz y Roberto Merhi, la gran esperanza española
Mejor les fue a los otros dos españoles en la F1. Carlos Sainz acabó octavo tras un fin de semana muy productivo con un quinto mejor tiempo en los entrenamientos libres del viernes y superó en carrera a los dos Red Bull, teóricamente inalcanzables con una mecánica superior y pilotados por participantes más rodados. El castellonense Roberto Merhi pudo hacer su sueño realidad y acabó la carrera de su debut. Se quejaba, lacónico pero socarrón: “Lo peor han sido las banderas azules”. Cada vez que le mostraban una de estas señales quería decir que otro coche le iba a superar.
En definitiva, carrera interesante, este Gran Premio de Malasia, con resultados inesperados, y como dijo Toto Wolff, el director de Mercedeseste resultado es malo para mi equipo, pero bueno para la Formula 1”. Y tiene razón. 
 

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