Vuelve el KERS y regresa la polémica. Dos años después de que Red Bull y Brawn se rieran de los equipos que habían invertido tiempo y dinero en el recuperador de energía cinética, los coches de Adrian Newey siguen sin aprovechar el mecanismo, o sin estropear el maravilloso equilibrio de su coche para incorporar el aparatito. En Red Bull solo han colocado medio KERS. Han prescindido del pesado volante inercial que genera la electricidad sobre el tren trasero y que, además, desvirtúa la estabilidad y vuelve locos a los pilotos variando el reparto de frenada. Solo tienen el motor eléctrico y unas baterías que colocan a modo de lastre donde más les interesa porque no necesitan un complicado sistema de refrigeración porque no se recargan en cada vuelta.
El equipo las carga en el box. "Pero no la utilicé. Miré a derecha e izquierda por los retrovisores y vi que Hamilton y Button no se acercaban", reconoció Vettel, que llegó a meta con las baterías aún cargadas y sin haber utilizado los únicos ocho segundos de los que disponía de 60 caballos de propina, adicionales. Tampoco lo utilizó en la vuelta de calificación del pasado sábado con la que aventajó en 1.4 segundos al Ferrari de Alonso, al que su equipo alertó por radio en varias ocasiones diciéndole "utiliza el KERS pero recuerda que perderás poder en la frenada".
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