Repasamos los últimos sistemas 'ingeniosos' que han pasado a la historia
Desde su creación como campeonato Mundial en
1950, la Fórmula 1 se ha ganado un sitio en la vanguardia de la
tecnología, con innovaciones continuas para convertirse en el referente
automovilístico con mayúsculas. Con el paso de los años, la competición
se ha visto superada por la mente humana, que siempre conseguía ir más
allá de las limitaciones impuestas en el reglamento para preservar la
seguridad o los costes, vacíos legales en la normativa que han servido
para mantener o aumentar el rendimiento de los monoplazas.
Si máquina y piloto eran uno solo, el tiempo ha relegado al jinete a
un segundo plano para ceder el verdadero protagonismo al caballo
'desbocado' que conducen. Así, nos encontramos con un deporte en el que
ahora, más que nunca, podemos decir sin miedo a equivocarnos que el equipo que tiene más posibilidades de ganar no es el que tiene el mejor piloto entre sus filas, sino el que mejores ingenieros y diseñadores ha contratado.
La prohibición de los orificios en el suelo del Red Bull RB8 que permitían mitigar las turbulencias generadas por los neumáticos traseros en el flujo de aire del difusor y la aún más reciente de los conductos de freno, que aprovechaban sus conductos para refrigerar como elemento aerodinámico, han sido las últimas de una larga lista de límites a la evolución que, de alguna forma, han hecho perder a la competición ese matiz de vanguardia tecnológica que les caracterizaba ya que la impermeabilidad de la reglamentación acaba por dejar fuera de la ley casi cualquier evolución de los equipos.
En la historia reciente de la F1 tenemos claros ejemplos como el Mass Damper que implantó el equipo Renault en septiembre de 2005, que les sirvió para asegurar el primer título de Fernando Alonso y que fue una de las piedras angulares en el diseño del R26 del año siguiente. En 2006, otros equipos como Honda, Ferrari o McLaren añadieron este sistema a sus bólidos, que hasta junio de aquel año era completamente legal. Entonces, antes del GP de Alemania, Charlie Withing decidió prohibirlo ya que contravenía el artículo 3.15 del reglamento en ese momento: "Cualquier parte del coche que influya en la aerodinámica del monoplaza debe cumplir con las reglas relativas al chasis, debe estar fijado rígidamente al monoplaza y debe permanecer inmóvil en relación al resto del vehículo".
El Mass Damper, según alegaban sus creadores, lo único que hacía era "controlar
las vibraciones causadas por la pista. Sólo tiene una influencia
marginal y secundaria en la aerodinámica, sobre todo comparado con la
misión para la que fue construido". Esa influencia aerodinámica fue
el centro de las discusiones y la que dio finalmente al traste con el
invento de los galos, algo que en aquel momento parecía vital para las
aspiraciones de Fernando Alonso a su segundo título mundial pero que
supieron subsanar en el equipo del rombo para alzarse con los
entorchados de pilotos y constructores de 2006.
VOLVIÓ ROSS BRAWN
En la pretemporada del año 2009 se fundó Brawn GP, un equipo
comandado por Ross Brawn y asentado en las bases de la desaparecida
Honda. Desde sus primeras apariciones sorprendió con sus tiempos a todos
los rivales, que pensaban que quizá iban descargados en busca de
patrocinadores para cubrir su inmaculada carrocería de color blanco. Se
equivocaban. El equipo de Jenson Button y Rubens Barrichello, ése que llevaba dos años consecutivos en la cola del pelotón, tenía una ingeniosa interpretación de su difusor trasero que aumentaba su carga aerodinámica efectiva en el eje motriz.
Este nuevo difusor, que también implantaron Williams y Toyota –aunque no de forma tan efectiva– les
daba a los hombres de Brawn casi medio segundo por vuelta, algo que les
brindó una ventaja abrumadora en la primera mitad del Mundial, momento
en el que los demás equipos fueron añadiendo evoluciones a su difusor
para reducir esta brecha. Lo consiguieron, pero ya era demasiado tarde
para evitar el doblete Button-Brawn. A partir de 2010, el doble difusor quedaría prohibido para todos los equipos, lo que puso fin a cualquier tipo de avance en este campo.
MCLAREN, EJEMPLO DE EVOLUCIÓN
En la temporada 2010 apareció un gran ingenio por parte del equipo McLaren: el F-duct. Los de Woking, que se han caracterizado en los últimos años por innovar con pequeñas piezas en cada GP, presentaron una protuberancia en forma de toma de aire que, en un principio, se pensaba que estaba ideada para refrigerar al piloto y alguna parte del coche.
Lo que extrañó algo más fue cómo se prolongaba la cubierta del motor,
que tenía forma de ‘aleta de tiburón’ hasta el mismo alerón trasero.
Pronto se descubriría que esa prolongación escondía un tubo que,
gracias a un orificio en el cockpit que el piloto tapaba con su rodilla,
llevaba el flujo de aire desde el 'snorkel' del morro hasta una ranura en el alerón para generar más o menos carga aerodinámica.
Así, en recta ganaban entre 5 y 7 kilómetros/hora de velocidad punta y
cuando no necesitaban esta ganancia, bastaba con no accionar la válvula
que tenían a golpe de rodilla y el aire que entraba por el orificio del
morro salía por el mismo cockpit, haciendo que el ala trasera funcionase
normalmente, como la de cualquier otro monoplaza.
Este sistema fue copiado por los demás equipos hasta que en una reunión en el GP de España, en mayo, se decidió prohibirlo de cara al 2011
ya que se consideraba peligroso porque distraía la atención de los
pilotos –muchos soltaban una mano del volante para tapar el orificio en
curvas muy rápidas- y se cambió el reglamento para "prohibir específicamente que los movimientos del piloto influyeran en el rendimiento aerodinámico del coche".
ADRIAN NEWEY: GENIO Y FIGURA
Como hemos dicho, los difusores dieron que hablar de nuevo. La mente
del hombre se adelantó a la prohibición y apareció la figura del más
grande en conceptos de diseño, Adrian Newey. Aquel hombre –el mismo que
pulió las suspensiones activas del Williams FW14B con el que arrasó
Mansell–, estudió durante mucho tiempo cómo exprimir el rendimiento del difusor trasero en todas sus vertientes
y ahí fue cuando encontró un filón en los gases emitidos por los
escapes. Estos gases provenientes del escape podían conducirse a través
del difusor, ya sea en su parte inferior o superior.
El invento consistía en dirigir el chorro de los gases del escape al difusor para maximizar su rendimiento.
Debido a la temperatura y velocidad de estos gases, se aumenta la
capacidad de succión del difusor y así la velocidad de los gases por
debajo del coche, lo que aporta un mayor agarre aerodinámico.
El rendimiento de este sistema depende de la cantidad de gases de escape que inyectamos al difusor,
por lo que a más revoluciones del motor, más gases salen por los tubos
de escape y más beneficio en términos de carga aerodinámica se obtienen.
Si utilizamos el sistema de esta manera conseguimos una gran ventaja en las curvas rápidas y en las rectas,
donde se podría descargar el alerón y perder resistencia al aire para
recuperar carga a través del difusor, ya que el motor exhala una gran
cantidad de gases cuando el acelerador se pisa a fondo. Sin embargo,
toda la carga extra se perdería en fase de retención, esto es, cuando
más necesaria resulta, durante las frenadas y en paso por curva. El
objetivo tenía que ser, pues, que los escapes 'soplaran' gases sin que el piloto pisara el acelerador y, sobre todo, sin producir fuerza de tracción,
par motor. De este modo el efecto aerodinámico permanecería vigente y
el piloto podría dejar de pisar el acelerador y pisar el del freno con
normalidad para abordar las curvas normalmente.
Durante 2010 y 2011 en Red Bull consiguieron perfeccionar este sistema, basado en falsas combustiones fuera de los cilindros tuteladas por los mapas electrónicos del motor Renault,
de tal forma que sus escapes llegaban a soplar a más del 90% de su
capacidad durante toda la vuelta si así lo estimaban oportuno, dándoles
una ventaja determinante respecto a sus rivales. Tal fue el dominio en
2010 –pese a jugarse el título en la última carrera- y 2011 donde Vettel
aplastó a todos, que la FIA se vio obligada a limitar férreamente el trabajo en la electrónica de los motores
y evitar el soplado de los escapes hacia el difusor mediante una
limitación en la ubicación de los mismos. Los equipos, sin embargo, han
buscado nuevas formas para dirigir una parte de las emisiones de los
escapes hacia puntos concretos del difusor y crear así más carga
aerodinámica.
LOTUS VOLVIÓ A PROBAR SUERTE
La temporada 2012 comenzó mucho antes de la pretemporada con unas
fotos tomadas al equipo Lotus Renault en los test de Abu Dhabi de 2011.
En dichas instantáneas se apreciaba cómo la clave parecía ser un cilindro al que se conecta la suspensión y sus soportes verticales, y que otorga unos milímetros de elevación en la frenada.
De funcionar correctamente, el alerón delantero tendría la altura
perfecta para maximizar la aerodinámica y la estabilidad en el paso por
curva. Así, podrían montar un reglaje de altura frontal más bajo sin
temor a que en la frenada rozara con el asfalto y, además, no sólo se
controlaría el nivel en fase de frenada, sino que se podría también
aprovechar en la aceleración ya que se reduciría la elevación del
frontal. Tras aprobarlo en un principio, la FIA se echó atrás y acabó por prohibirlo, al considerarlo un elemento aerodinámico móvil
y, por tanto, prohibido al más puro estilo 'mass damper'. Así, se dio
al traste con un ingenio que, vista la igualdad este año en la F1, podía
haber sido definitivo a favor de Lotus.
EN 2013 TENDREMOS NUEVAS BATALLAS
Por el momento sólo el S-duct de Mercedes –también introducido en 2012– sigue activo. Consiguieron crear una especie de F-duct que funciona gracias a la activación del DRS y que por tanto, no puede ser prohibido ya que no contraviene el artículo 3.15: "Con
excepción del DRS, cualquier sistema, dispositivo o procedimiento del
coche que necesite interacción del piloto para alterar la aerodinámica
del coche está prohibido". Por ahora, el sistema es completamente legal hasta que la normativa de cara a 2013 diga lo contrario. Los equipos ya trabajan para ser de nuevo los más rápidos, no lo duden.
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