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martes, 30 de agosto de 2011

ANALISIS GP BELGICA: RED BULL CONQUISTA SPA

Los de Milton Keynes avanzan inexorables hacia el Título Mundial

Red Bull ha vuelto. Y lo ha hecho mejor que nunca: un doblete sobre una de las pocas pistas que aún no había conquistado. Pole, doblete y vuelta rápida (Mark Webber). Incontestable. Sebastian Vettel firmó una magistral victoria más, y va camino de su segundo mundial consecutivo. El joven alemán puede estar contento, y la Fórmula 1 también: una carrera preciosa y llena de imágenes inolvidables. Spa en estado puro.

VETTEL CONQUISTA SPA
Camina por el asfalto. Respira profundamente el aire y es capaz de percibir el aroma del bosque de Ardenne. Todo está en silencio; ha pasado la tormenta. Los bólidos ya descansan, pero él aún puede escuchare, en su mente, su atronador rugido profanando la tranquilidad de la naturaleza. Se detiene en lo alto del Raidillon y mira Eau Rouge desde la cima. Ya no siente vértigo; lo ha conquistado. Spa es suyo. El título, cada vez, está más cerca. Vettel sonríe y se mete las manos en los bolsillos para descender hacia los boxes. Pero el dedo índice se extiende casi como un resorte, y no es capaz de reprimir un pequeño grito que espanta a un puñado de pájaros que salen volando cerca del Río Rojo: “¡Sí!” Y vuelve a boxes con esa inconfundible y pícara sonrisa de juventud pletórica de energía.

RBR, ¿QUIÉN DIJO CRISIS?
Fernando Alonso lo reconoce: “Hay una bala en la pista y los demás son coches normales”. Muy gráfico. Pero ya nos habíamos dado cuenta: Red Bull Racing ha construido un bólido casi perfecto. Y, después de una pequeña racha de menor rendimiento (llevaban tres carreras sin ganar, pero en todas ellas estuvieron en el podio), volver de vacaciones con un doblete sentencia las pocas dudas que quedaban. Hasta hoy, después de doce carreras, Vettel sólo ha faltado al podio de Alemania. Su carrera en Bélgica tiene poco que comentar: perfecta. Ni los problemas con la degradación de los neumáticos han podido con él. Vettel es un auténtico campeón: ya suma noventa y dos puntos respecto al segundo clasificado (Mark Webber) en el Mundial, y ciento dos respecto al primer piloto que no conduce un RBR, Fernando Alonso. El español (que remonta en el mundial del cuarto puesto que tenía tras Hungría al tercero actual) tuvo una complicada carrera que empezó con un toque con Jaime Alguersuari (quien a su vez fue tocado por Bruno Senna), que le mandó fuera de la pista en la primera curva, aunque pudo recuperarse. La lucha en las primeras vueltas con su compañero de equipo fue increíble, con un adelantamiento al límite en Rivage que casi echa de la pista a Massa (el propio Alonso se salió parcialmente de la pista, aunque conservó dos neumáticos dentro de la misma), y que Hamilton (muy listo) aprovechó también para sobrepasar al brasileño. Lástima que Hamilton terminara contra las protecciones al tocarse con Kamui Kobayashi; el inglés de McLaren quería recortar distancias en el Mundial, pero este abandono le complica mucho la empresa, y de ser tercero en el mundial tras Hungría (a ochenta y ocho puntos de Vettel) pasa a ser quinto (a ciento diez puntos de Sebastian). Afortunadamente Hamilton no sufrió heridas en su choque, y volveremos a tenerle en la pista con sus ganas de siempre, sin rendirse hasta el último momento.

FERRARI Y LOS NEUMÁTICOS DUROS
Más tarde, con la presencia del coche de seguridad, Fernando se vio perjudicado mientras que, según el propio piloto de Ferrari, Vettel se aprovechó: “Sebastian sacó más ventaja. Tuvo un golpe de suerte. Nuestra estrategia fue buena, pero las circunstancias del coche de seguridad favorecieron a Sebastian”, se lamenta Fernando. Pero con suerte o no (¿realmente existe?), lo cierto es que Ferrari sigue teniendo muchos problemas para calentar los neumáticos medios, mientras que RBR es imparable en casi cualquier condición: “Con los medios somos un segundo y medio más lentos que el mejor”, dice Alonso. Stefano Domenicali confirma este hecho: “El coche tiene dos rendimiento: muy bueno con los blandos, fatal con los medios”. Es así cómo justifican la pérdida en las últimas vueltas de un podio que, reconocen, esperaban conseguir este fin de semana. También Massa sufrió con los medios, y lo pasó peor todavía al pinchar y hacer una parada extra que le destrozó finalmente la carrera.

ALGUERSUARI DESPIERTA
Por su lado, el sueño de Jaime Alguersuari terminó demasiado pronto. El español de Toro Rosso no podía reprimir sus sentimientos y, desde lo alto de las protecciones de Stavelot (donde aparcó su maltrecho Toro Rosso) maldecía su suerte. Allí arriba, en una pista tan especial, no podía evitar el sentimiento de haber dejado pasar una gran oportunidad. Aunque finalmente hubiera sido adelantado y relegado a las posiciones más creíbles debido a su monoplaza (un décimo puesto habría sido más que aceptable), Jaime podría haber dado espectáculo en las primeras vueltas rodando en las primeras posiciones, dejándose ver y labrando su futuro. Pero Senna acabó con todo en plena frenada. El de Renault se ha disculpado, pero el español se mostró muy disgustado y crítico con Bruno. Jaime ahora sólo confía en que en Monza pueda volver a tener una buena oportunidad y que nadie le despierte de su sueño con una pasada de frenada salvaje.

SPA SIGUE OLIENDO A VELOCIDAD
Juan Manuel Fangio fue el primer ganador en Spa-Francorchamps. Lo hizo a lomos de un Alfa Romeo 158. En las largas rectas de las carreteras belgas logró velocidades puntas cercanas a los 290 km/h. ¡Y hablamos de 1950! La vuelta rápida la marcó Farina (también con Alfa Romeo) con una media de 185,7 km/h. Más de sesenta años después y una remodelación completa del trazado (que lo ha acortado a sólo siete kilómetros de los catorce iniciales), la media de velocidad de la vuelta rápida de Mark Webber fue de 229,4 km/h. Eso es poco más de cuarenta y tres kilómetros por hora más rápido que en 1950. Una buena muestra de que, aunque la remodelación del circuito lo cambió drásticamente, sigue conservando el espíritu veloz de sus inicios. Aquellos héroes en blanco y negro que se embutían en esos cacharros sin ninguna seguridad comparable a la actual merecen todo nuestro respeto cuando vemos a qué velocidades circulaban entre bosques y curvas infinitas sin barreras de seguridad adecuadas. Hoy hemos mejorado considerablemente la seguridad, y Spa es una buena prueba de que se puede conseguir un circuito seguro sin sacrificar el trazado, que sigue siendo prácticamente idéntico a la remodelación de 1983, lo que supone ya veintiocho años de historia casi intacta (ha habido cambios, como la Parada del Autobús, pero han sido menores). Ojalá, por muchos años, Spa siga siendo Spa, y no ocurra como otros trazados (véase Hockenheimring o Silverstone) que pese a conservar su nombre original, en realidad murieron tras demasiadas y salvajes remodelaciones. Spa ya no tiene catorce kilómetros, pero es como si todos ellos se hubieran condensado en siete.


EL MEJOR MICHAEL SCHUMACHER
Pese a haber ganado seis veces en Spa (el piloto que más veces lo ha logrado), Schumacher sólo ha salido primero en la parrilla en una ocasión (en 2002). Y, hasta este fin de semana, nunca había salido último. Su peor puesto en la parrilla hasta esta temporada fue el decimosexto de 1995. Y le debe de motivar salir tan retrasado, pues la de aquel año se recuerda como una de sus carreras más increíbles, ya que logró remontar hasta hacerse con la victoria en unas condiciones cambiantes muy complicadas. Algo parecido podemos decir de la carrera del pasado fin de semana: ha sido una de las mejores actuaciones de la que podríamos denominar como segunda época de Michael Schumacher (la de su regreso con Mercedes GP). El alemán pilotó magistralmente, muy brillante y con maniobras preciosas, constante y con muy buen ritmo, calculador e inteligente, partiendo último (por un error de su equipo en la clasificatoria) hasta llegar a alcanzar y superar a su joven y correoso compañero de equipo, Nico Rosberg, y cruzar nada más y nada menos que quinto la línea de meta. Maravilloso. Y él lo sabe: “Recuperar diecinueve posiciones es una gran sensación”.
Nico tuvo que asumir el gran ritmo de su compañero, y sabía que no podría detenerle: “Llevaba neumáticos blandos y no pude mantenerle detrás de mí”. Efectivamente, tal y como reconoció Ross Brawn, Michael se benefició de una buena táctica, al partir con neumáticos duros y cambiar en la cuarta vuelta a blandos, viniéndole de perlas el coche de seguridad, que le permitió adelantar a los monoplazas de delante, dejándole al final de carrera con el mejor juego de neumáticos posible para recuperar terreno sobre Rosberg (lo que no le quita nada de mérito). Y eso que Nico también realizó una carrera destacable, sobre todo en las primeras vueltas, poniéndose primero durante un breve período, aunque finalmente sucumbió: “Ha sido muy especial liderar la carrera con una flecha plateada en este circuito. Fue duro no tener el ritmo para seguir al frente”, aseguró Nico. En cualquier caso, veinte años después de aprendernos el nombre de aquel 'chavalín' que sorprendió con su séptimo puesto en la parrilla, da gusto seguir paladeando un talento como Michael Schumacher de una forma tan limpia y precisa, que nos hace recordar sus mejores días, y da una buena idea a los jóvenes y nuevos aficionados del por qué Schumacher sigue siendo el apellido predilecto en muchas gradas de casi todos los circuitos del mundo. 'Chapeau'.

SPA NO ES EL PASADO; ES EL FUTURO
Poco a poco (ha pasado siempre pero no terminamos de acostumbrarnos) los viejos circuitos van dejando paso a los nuevos. Pero aún quedan cinco o seis en el mundial que resisten como bastiones de un pasado que en realidad quiere ser presente y futuro, aunque no nos percatemos. Porque tendemos a hablar de Spa, de Monza o de Suzuka exclusivamente en pretérito; pero cuando estos circuitos nos dan carreras como la de este fin de semana, tenemos que darnos cuenta (y Ecclestone y su gente los primeros) que ese es el futuro de la Fórmula 1: circuitos auténticos, de velocidad, con carácter y desafiantes en cada curva, en cada recta, en cada subida y en cada bajada. Aunque no haya petróleo en sus tierras. Y quizá así no tengamos que instalar alerones móviles en los monoplazas, aspersores en las pistas ni neumáticos que se deshagan

TRIPLETE
La primera carrera en Spa-Francorchamps, en 1950, también terminó con un doblete. En realidad, con un triplete: Fangio, Faglioli y Farina, los tres con Alfa Romeo, monopolizaron el podio. Hoy sólo hay dos coches por escudería, pero no es de extrañar que (con el permiso de Jenson Button, que también protagonizó una gran remontada y una espléndida carrera) si hubiera habido un tercer Red Bull Racing sobre la pista belga, habría copado el tercer escalón del podio. Y es que aún permanece en nuestras retinas el adelantamiento en la novena vuelta de Mark Webber a Fernando Alonso justo al comienzo de Eau Rouge; es de los que ponen los pelos de punta. Impresionante el piloto australiano en una maniobra muy arriesgada y valiente, aprovechando los neumáticos fríos del Ferrari. Los toros rojos con carrocerías azules siguen empitonando sin concesión y no se dejan torear. La siguiente plaza es Monza, territorio Ferrari. ¿Quién cortará las dos orejas?

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