El subcampeonato se mide entre Button, Alonso y Webber
Arranca la recta final del Campeonato, y lo hace con un campeón con corona: Sebastian Vettel. Aunque algunos creen que eso restará emoción a lo que queda de temporada, posibilitará sin embargo acciones más agresivas, estrategias más dispares y más ganas de acción; además, aún queda por decidirse el subcampeonato. Aún con la resaca japonesa, este mismo fin de semana nos espera el Gran Premio de Corea. ¿Quién ha dicho que no queda nada más por ver?
Cuando Fernando Alonso consiguió su segundo título mundial en 2005 declaró que en las dos siguientes y últimas carreras que quedaban se lo iba a pasar mejor, pues sabía que podía arriesgar y hacer maniobras que, luchando por el Mundial, se pensarían dos veces. En Suzuka, quince días más tarde, adelantó por el exterior a Michael Schumacher en 130R.
Es posible que la consecución del Título Mundial 2011 en Suzuka quite parte de la emoción, pero a fin de cuentas la Fórmula 1 sigue siendo Fórmula 1, y ver a los mejores pilotos del mundo con los coches más rápidos sobre circuito es siempre un espectáculo que no merece ser desdeñado. Ahora que la presión por ganar o defender el Mundial se han disipado, los pilotos saldrán no sólo a correr y ganar, sino también a pasárselo bien; y, por extensión, nosotros también.
UN CIRCUITO INTERESANTE
Cuando Corea inauguró su circuito el año pasado, muchas fueron las críticas por su aspecto inacabado, sin los coloridos paisajes que mostraban las recreaciones tridimensionales de los ordenadores, sin las instalaciones concluidas y con mucha tierra, barro y pocos edificios. Sin embargo, ese aspecto algo descuidado nos recordó a los viejos autódromos en donde un piloto se manchaba de tierra si pisaba fuera del asfalto, donde no había calles sino montañas y el público veía la carrera en medio de un frondoso bosque, no metido en una piscina en la azotea de un rascacielos.
Cuando Corea inauguró su circuito el año pasado, muchas fueron las críticas por su aspecto inacabado, sin los coloridos paisajes que mostraban las recreaciones tridimensionales de los ordenadores, sin las instalaciones concluidas y con mucha tierra, barro y pocos edificios. Sin embargo, ese aspecto algo descuidado nos recordó a los viejos autódromos en donde un piloto se manchaba de tierra si pisaba fuera del asfalto, donde no había calles sino montañas y el público veía la carrera en medio de un frondoso bosque, no metido en una piscina en la azotea de un rascacielos.
La pista, a pesar de todo (a pesar de Tilke) sí ofrecía una interesante combinación de curvas y tramos realmente emocionantes, al desarrollar desniveles y una especie de circuito mitad urbano, mitad permanente. 5,6 kilómetros de longitud donde los pilotos se lo pasaron bastante bien la pasada temporada, y los aficionados, también: "La carrera del año pasado fue muy divertida", asegura el piloto de Williams, Rubens Barrichello, al recordar que la lluvia hizo acto de presencia y animó al pelotón con su siempre resbaladiza presencia.
Este año, según las primeras previsiones, se la espera al menos para los libres: "Ahora mismo, las previsiones advierten de lluvia el viernes", comenta Mark Gillan, ingeniero jefe de operaciones de Williams. "También se espera posibilidad de lluvia a lo largo del resto del fin de semana, así que hay que estar preparados para adaptar los programas a las condiciones climáticas". Y es que octubre es el mes más lluvioso en Corea del Sur.
UNA PISTA MITAD URBANA Y MITAD PERMANENTE
Corea tiene una pista más bien rápida, con una media de velocidad de 209 kilómetros por hora, y una máxima de 317. La velocidad media en las curvas es de 140 km/h, y la recta de mayor longitud mide 1.125 metros. Se completarán 55 vueltas para rodar un total de 309 kilómetros. Se pisa el acelerador a fondo en el 61% de cada vuelta, por lo que Williams elegirá una configuración aerodinámica alta y un nivel de refrigeración medio. En el chasis, los reglajes montados tendrán prioridad a la tracción y al agarre en las curvas medias, y la exigencia de los frenos será media.
Corea tiene una pista más bien rápida, con una media de velocidad de 209 kilómetros por hora, y una máxima de 317. La velocidad media en las curvas es de 140 km/h, y la recta de mayor longitud mide 1.125 metros. Se completarán 55 vueltas para rodar un total de 309 kilómetros. Se pisa el acelerador a fondo en el 61% de cada vuelta, por lo que Williams elegirá una configuración aerodinámica alta y un nivel de refrigeración medio. En el chasis, los reglajes montados tendrán prioridad a la tracción y al agarre en las curvas medias, y la exigencia de los frenos será media.
Pirelli, teniendo en cuenta todos estos aspectos y la degradación del asfalto coreano, llevará las gomas blandas (amarillas) y superblandas (rojas), una combinación usada más recientemente en Singapur. Los estrategas tendrán en cuenta que en los 387 metros que mide el pit lane se pierden 23 segundos, mientras que la presencia del coche de seguridad es elevada, pues en la única carrera que se ha disputado hasta ahora salió tres veces.
Los motores estarán a prueba especialmente en la primera recta después de la segunda curva, que mide más de un kilómetro de longitud: "La potencia será crucial en la recta principal y en la siguiente; es un gran reto para el motor. Si hace viento, algo que el año pasado ocurrió algunas veces, seleccionar la séptima marcha puede ser bastante complicado", asegura el departamento de prensa de Cosworth. Las cargas laterales tampoco se quedan atrás, especialmente en la combinación de curvas enlazadas entre la seis y la ocho, donde se experimentan fuerzas G muy elevadas, que desembocan en las curvas comprendidas entre las nueve y dieciocho, más lentas y duras, más propias de un trazado urbano. Después de Mónaco y Turquía, Corea ofrece la llegada a la primera curva más corta del mundial desde la línea de salida, con sólo 149 metros de distancia. Pocas oportunidades de adelantamiento ofrece, y los pilotos tendrán que arriesgar mucho si deciden atacar.
¿QUIÉN HA DICHO QUE NO QUEDA COMPETICIÓN?
Puede que Sebastian Vettel ya tenga su campeonato, pero aún le queda algo por lo que seguir luchando: el alemán de Red Bull quiere lograr otro récord, el de más Poles en una temporada. Una especialidad en la que no suele fallar. El joven tiene ya 12, y no duda en seguir pisando a fondo para quitarle el récord de 1992 a Nigel Mansell, cuando logró 15 en una temporada. Vettel tendría que lograr todas las Poles que restan en el Mundial: cuatro.
Puede que Sebastian Vettel ya tenga su campeonato, pero aún le queda algo por lo que seguir luchando: el alemán de Red Bull quiere lograr otro récord, el de más Poles en una temporada. Una especialidad en la que no suele fallar. El joven tiene ya 12, y no duda en seguir pisando a fondo para quitarle el récord de 1992 a Nigel Mansell, cuando logró 15 en una temporada. Vettel tendría que lograr todas las Poles que restan en el Mundial: cuatro.
Red Bull sigue con su monopolio particular, porque en las tres carreras en las que Vettel no logró hacerse con la primera posición en la parrilla de salida, fue su compañero de equipo, Mark Weber, quien lo hizo. Si Vettel lo logra, a buen seguro, querrá otro récord: el de más victorias en una temporada; si logra las cuatro que restan, empataría con el récord absoluto de Michael Schumacher de 2004, cuando logró 13 victorias de dieciocho posibles.
Por detrás, el subcampeonato sigue en el aire, con Jenson Button siendo el ganador provisional de este premio de consolación. Fernando Alonso tiene esperanzas de arrebatarle el lugar, y desea alguna victoria más para sumar a su casillero, pues de momento sólo ha logrado la de Inglaterra. Pero también tendrán mucho que decir Mark Webber (a sólo cuatro puntos del español) y Lewis Hamilton (a 24 puntos).
Con todo, esperemos que la pantomima del coche de seguridad no vuelva a hacer acto de presencia: el año pasado, casi la mita de la carrera (el 47% de la misma) se rodó tras el Mercedes que impone el orden en la pista (26 vueltas, 147 kilómetros en total). Y es que aún nos quedan muchas ganas de ver mucha más Fórmula 1. ¡Que continúe el espectáculo!
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