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martes, 15 de noviembre de 2011

ANALISIS GP ABU DHABI 2011

Un abandono siempre duele

Quién tiene derecho a decidir sobre los sentimientos de los demás. Quién puede ponerse en la piel de un héroe que tiene que desertar. Quién es capaz de prohibirle a nadie sensaciones que jamás podrá experimentar. Qué valor tiene el dolor de caer cuando se está en lo más alto, sabiendo que la caída no será ni dolorosa ni mortal. Quizá simplemente perderse el anaranjado cielo del ocaso de Abu Dhabi desde el habitáculo de los monoplazas más espectaculares del mundo sea motivo suficiente para llorar. Aunque el Mundial esté en el bolsillo desde hace tiempo.



Sebastian Vettel está en la cima de una racha que parece no terminar. Es el hombre del momento, el más joven, el más rápido, el más regular… Pero un simple abandono, el primero de la temporada, y todo se viene abajo. Resulta curioso el abrumador apoyo que recibió cuando llegó a boxes, teniendo en cuenta que su carrera tenía sentido más por aplastar la moral de unos rivales ya de por sí decaídos que por la necesidad de conseguir otra victoria. Un abandono en el que no tuvo la culpa, pues el pinchazo parece deberse a un fallo en la presión del neumático, por lo que ni siquiera puede sentirse culpable. Pero a un número uno siempre le duele terminar en la cuneta, por muy amarrado que tenga el cetro mundial.

LO QUE DUELE ABANDONAR UNA CARRERA
Un abandono siempre duele. Fernando Alonso aseguró en 2005 que siempre lloraba cuando no terminaba una carrera. Y es que un Gran Premio no comienza el domingo, ni siquiera el sábado en la clasificatoria. Ni tampoco en los entrenamientos libres; un Gran Premio comienza en la sede del equipo, en la fábrica, en el simulador, en las reuniones con los ingenieros y los estrategas… días antes del inicio del mismo. Son días y días de preparación, de ilusión, de trabajo y de esfuerzos. Y todo se viene abajo en poco más de cinco segundos cuando algo no va bien. Es entonces cuando a la cabeza llegan las imágenes personales de todo el sacrificio tirado por la borda, sin recompensa.
Pero ¿realmente ha sido tan frustrante el abandono de Vettel en Abu Dhabi? Esta temporada, el alemán de Red Bull Racing ha ganado 11 de las 18 carreras disputadas hasta hoy, lo que representa el 61% del total. Siempre ha estado en el podio excepto en Alemania (cuarto) y sólo ha abandonado en Abu Dhabi.
Hace 20 años Ayrton Senna ganó su tercer y último título Mundial. Fue una temporada de 16 carreras en las que el brasileño se impuso en siete de ellas (el 43,7% del total) y sólo abandonó en una, Canadá. Siempre estuvo en el podio excepto en Gran Bretaña (cuarto), Alemania (séptimo) y España (quinto). El abandono de Senna en 1991 en Canadá se produjo en la octava prueba de la temporada, en plena lucha por el Mundial. Vettel ha protagonizado su primer abandono de la temporada en la penúltima prueba del calendario, con ambos mundiales en el bolsillo (el de pilotos y el de constructores para su equipo). Entonces, ¿por qué el joven piloto está tan hundido?: "Porque perder una carrera así, tan pronto, duele, desde luego", asegura el alemán. Y es que cada carrera es un campeonato concentrado en hora y media de competición.
Ayrton Senna (McLaren MP4/6) por delante de Alain Prost (Ferrari 642)
en el GP de Canadá 1991. Ninguno de los dos terminó la prueba


CADA VICTORIA Y CADA ABANDONO CUENTA
Hace diez años, en 2001, otro alemán inició otro monopolio en Fórmula 1. Su nombre, Michael Schumacher. El genial piloto ganó nueve de las 17 carreras, lo que representa el 53% del total. Esa temporada abandonó en dos carreras (San Marino y Alemania). Al igual que Ayrton Senna diez años antes, Schumacher sufrió dichas retiradas cuando estaba en plena lucha contra Mika Häkkinen por el Mundial. Los abandonos son duros cuando se compite por el título. Pero, sin ir más lejos, el año pasado Vettel se retiró en cuatro carreras. Sebastian tenía opciones de ganar el Mundial desde la primera carrera, pero la competitividad era tal que no saboreó el liderazgo hasta la última en la que se proclamó campeón, y prácticamente no lo supo hasta que después de cruzar la línea de meta se lo comunicaron por radio.
En ese momento, muy seguramente, ni recordaba la frustración de sus cuatro abandonos. Y es que, como vemos, al final cada retirada es diferente, dentro de un contexto diferente, en un momento diferente y relativo a un esfuerzo diferente. Quizá nos cueste comprender por qué Vettel, con todo ganado, se sintió tan hundido en Abu Dhabi si nada ni nadie le quitará lo que ya ha conseguido; pero ninguno de nosotros podrá ponerse nunca en su piel y experimentar las tremendas emociones de pilotar a trescientos kilómetros por hora en una pista al atardecer, rodeado del glamour y el lujo del deporte más tecnológico del mundo, la cumbre del automovilismo, delante de millones de ojos que en todo el mundo se clavan como pequeñas agujas terapéuticas que anestesian, espolean y reactivan el cerebro a partes iguales. Perdérselo, aunque sólo sea por una vez en todo el año, siempre deja un poso en el alma.

Vettel tras las protección en el circuito de Yas Marina

¡ADELANTAMIENTOS EN ABU DHABI!
La carrera de Abu Dhabi no fue la máxima expresión en ruedas contra ruedas, pero tampoco fue aburrida ni escasa en luchas cuerpo a cuerpo. Hubo enfrentamientos, adelantamientos y grandes duelos. Y sin accidentes, lo que garantiza una carrera bonita. Fernando Alonso realizó dos maniobras preciosas en la primera vuelta, sobre Mark Webber primero (por el exterior, aprovechando la mayor adherencia en esa parte de la pista) y por dentro a Jenson Button justo después. Massa y Webber se enzarzaron en una bonita lucha aprovechando las dos rectas con alerón móvil, consecutivas, que permitían fácilmente (relativamente) recuperar la posición perdida en la primera. Un duelo que pudo continuar si Pastor Maldonado y Jaime Alguersuari no hubieran decidido a atacarse en vez de ceder la posición (como doblados que eran) a Felipe Massa.
El venezolano estaba en plena lucha con Jaime, y éste tampoco estaba por la labor de dejarse doblar sin terminar la lucha por posición con Pastor, por lo que el duelo entre el Williams y el Toro Rosso significó un auténtico tapón que bloqueó a Felipe Massa y a Mark Webber. Cuando Jaime por fin se dejó doblar por ambos monoplazas, Webber estaba encima del Ferrari. Pero entonces Maldonado, esta vez solo y sin luchar por posición contra nadie, se lo puso difícil a Massa e imposible a Webber que, incrédulo, veía cómo el Williams le bloqueaba sin contemplaciones. El australiano mostró su malestar estrechando a Pastor contra el muro en la recta posterior.
Webber y Button se vieron las caras más tarde, y el australiano salió ganando en la pista pero perdiendo en boxes; Webber hizo un precioso adelantamiento que, aunque parecía, no llegó a tener contacto físico, pero perdió la posición por estrategia más tarde, así que Button completó un podio presidido por Lewis Hamilton (carrera impecable), escoltado por Fernando Alonso (gran rendimiento) y completado por Jenson (con su habitual inteligencia). Y así el Sol se volvió a ocultar por entre los increíbles rascacielos de Abu Dhabi, apaciguando la tensión de un fin de semana lleno de sorpresas, contrastes y emociones. Sebastian Vettel ha sabido en un mismo Gran Premio lo que es igualar el récord de Nigel Mansell y abandonar una carrera en la primera vuelta yendo primero. La experiencia le servirá en el futuro para afrontar nuevos retos y seguir escribiendo sus páginas de oro en la Fórmula 1. Sólo queda una carrera por disputarse, así que disfrutemos de la velocidad que echaremos en falta durante el invierno.


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