Alonso termina con su sequía de doce carreras sin ganar
A sus 31 años, Fernando Alonso ha conseguido su 31ª victoria en Fórmula 1. En agosto se cumplirán diez años de su primer triunfo en Hungría, y el pasado fin de semana logró su décima victoria con Ferrari. El español vuelve a ganar doce carreras después y revive la ilusión de millones de tifosi aprovechándose de las desdichas de Red Bull. "Grande weekend", le decía al oído Andrea Stella a su piloto nada más cruzar la línea de meta. "Había tanta presión…". Y seguirá habiendo.
LA FUERZA DE FERRARI
El alerón saltando por los aires en la recta de Malasia, haciendo también añicos toda posibilidad de aprovecharse de una carrera que pintaba muy bien, reventaba una y otra vez en la cabeza de Fernando Alonso nada más abandonar su monoplaza atorado en la amplia escapatoria de Sepang. Y, a buen seguro, ha estado estallando, una, otra y otra vez, durante estas semanas de descanso hasta que pisó el asfalto chino de Shanghái.
El toque con Vettel en la primera curva en Malasia fue un error de pilotaje claro. Un error que los grandes pilotos no pueden olvidar fácilmente cuando la victoria está al alcance de la mano. Por eso, y por la sequía de doce carreras sin ganar, la presión se acumulaba en las sienes de Alonso como martillos insoportables. No es de extrañar que Andrea Stella supiera de esa preocupación y alentara a su piloto nada más ganar la carrera en China: "Había mucha presión pero has estado sereno. Eres nuestra fuerza y te mereces esta victoria".
Fernando Alonso en su incidente en Sepang
ECCLESTONE APUESTO POR IL CAVALLINO
Tercera carrera del año y tercer ganador diferente con un tercer coche diferente: tras Kimi Räikkönen en Australia y Sebastian Vettel en Malasia, Fernando Alonso ha conseguido para Ferrari la primera victoria del año en China.
Carrera estratégica (los neumáticos mandan, es un hecho nos guste o no) en la que todo salió a pedir de boca para el español, que incluso reconoció ganar sin tener que tirar en exceso en la cabeza de carrera, aunque sí que tuvo que adelantar a coches con estrategias diferentes claramente más lentos. El buen ritmo del F138 confirma lo visto en Australia y lo poco que se degustó en Malasia. Los tifosi vuelven a soñar con los mundiales y, aunque aún estemos a principios de la temporada, no parece una utopía; queda mucho por delante, pero hasta el propio Ecclestone apuesta por ellos: "Me sorprendería si no ganan", declaró recientemente el inglés, antes incluso de disputarse la carrera de Shanghái.
SHANGHÁI ES TERRITORIO FERRARI
Hacía 12 Grandes Premios que Fernando Alonso no ganaba una carrera, y hacía ocho años que el ovetense no conquistaba China. Este fin de semana ha acabado con ambas sequías. Con sus victorias en 2005 y 2013, Alonso se convierte en el segundo piloto que repite victoria en el todavía ultramoderno circuito de Shanghái (el primero fue Lewis Hamilton, que ganó en 2008 y 2011). Con la victoria de Alonso este año, Ferrari se lleva la mayoría de victorias en el circuito de Hermann Tilke, con cuatro triunfos (Barrichello, en 2004; Schumacher, en 2006; Räikkönen, en 2007; y Alonso, en 2013), por tres de McLaren (dos de Hamilton y una Button) y una sola de RBR (Vettel, en 2009).
Victoria de Fernando Alonso en China
¿QUÉ LE PASA A MASSA?
Todos en Maranello eran conscientes de que había que reaccionar cuanto antes: "Había tanta presión", le recordó Andrea Stella a Alonso todavía montado en su F138 nada más cruzar primero la línea de meta. Que Felipe Massa llagara sexto (a pesar de haber rodado en algún momento segundo y haber demostrado buen ritmo en ciertas partes de la carrera) no es una preocupación sobre el F138; en Maranello aseguran que tienen que investigar por qué el rendimiento del brasileño no ha estado a la altura de su compañero de equipo, y el propio piloto asegura no entender exactamente qué pasó.
El brasileño ha demostrado su valía en las primeras carreras del año, clasificándose incluso por delante del español el sábado (fue cuatro en Australia y segundo en Malasia), pero parecer haberse desinflado en China. Quizá se trate simplemente de un período de adaptación de Felipe. Si se completara correctamente en las próximas carreras, los dobletes rojos no deberían ser inusuales en futuros podios. Claro, que todo se mide ahora por la euforia de haber ganado una carrera en la que, no olvidemos, ambos Red Bull tuvieron serios problemas desde el sábado.
LOS NEUMÁTICOS MANDAN
Tras las dos primeras carreras del año, China podría calificarse como la más 'normal', pues el circuito peculiarmente urbano de Albert Park y las difíciles condiciones climáticas de Sepang camuflaron el rendimiento de los equipos. Mientras que Hamilton lograba una más que importante Pole el sábado, la primera para Mercedes (acabando con el monopolio de Vettel esta temporada), Räikkönen volvía a la carga con un buen segundo lugar aunque dudaba de su potencial en la carrera: "Es bueno en la clasificatoria, pero no sé si lo es para ganar", aseguraba el finlandés antes de la carrera. Y en la carrera desaparecía en el pelotón cuando se apagaron los semáforos, para su desgracia.
Una mala arrancada que supo, no obstante, recuperar poco a poco. Alonso lo aprovechaba y se colocaba segundo: "Ha sido una buena salida y nos hemos quitado a Kimi, que sabíamos que iba a ser un duro rival", comentaba el español de Ferrari. "Luego adelantamos a Lewis antes de la primera parada." Entonces Ferrari se centró en la estrategia, para llevarla a cabo a rajatabla y cumplir las expectativas: "Tuvimos la carrera bajo control parando siempre un poco más tarde". Eso les permitía cubrirse las espaldas si los neumáticos se desgastaban, pues siempre los tendrían dos o tres vueltas más nuevos que el resto. Y es que la gran preocupación de los equipos era la degradación y durabilidad de las gomas medias. "Eso nos daba un colchón de seguridad", ratifica Fernando.
LOS RBR, HERIDOS DESDE EL SÁBADO
No ha sido el fin de semana de Red Bull Racing; mientras Sebastian Vettel se clasificaba noveno tras un error en la última tanda clasificatoria, Mark Webber casi no se lo podía creer cuando su monoplaza se paraba llegando al box el sábado sin gasolina en la segunda tanda, lo que inevitablemente significaba una dura sanción para la carrera que la hipotecaría gravemente: "Perdí presión en el tanque de gasolina y tuve que parar el coche; ha sido muy decepcionante", se lamentaba el australiano el sábado.
No podía imaginar que su pesadilla sólo acababa de empezar: en la carrera, saliendo desde el boxes, tuvo que emprender una remontada que le llevó a colisionar en la horquilla contra su pseudocompañero de equipo, el piloto de Toro Rosso Jean-Eric Vergne: "Él iba bastante por fuera y, aunque yo iba a una distancia razonable, al final se cerró sobre el vértice; era libre de hacerlo, pero yo ya estaba por dentro y nos hemos tocado".
Al RB9 de Mark Webber se le salió la rueda trasera izquierda en carrera
LA PESADILLA DE WEBBER
Pero habría más: la ya famosa rueda perdida está encendiendo las críticas contra Red Bull Racing yalimentando la teoría de la conspiración contra el australiano, iniciada desde el año del toque con Vettel en Turquía. Christian Horner asegura que la tuerca estaba bien apretada cuando Webber abandonó el boxes, y que necesitan examinar el monoplaza para saber qué ha ocurrido; quien más y quien menos no se lo cree. Pero el jefe de la escudería recuerda que tirarse piedras contra su propio tejado no es propio de una escudería de Fórmula 1: "Olvidad las conspiraciones; es pura estupidez. Quien piense eso no sabe lo que dice".
Webber, de momento, es cauto en sus declaraciones: "Los chicos creían que estaba bien apretada, obviamente, pero se ha salido". El australiano esperaba resarcirse del amargo episodio de Malasia, en el que se sintió traicionado por su compañero de equipo. Pero lejos de eso ha visto cómo terminaba en la cuneta con un coche apoyado en tres ruedas. Sus gestos abandonando el coche cojo eran evidentes: Mark se está cansando de su mala suerte. Para más INRI, en la próxima carrera recibirá una penalización de tres puestos en la parrilla, pues los comisarios le consideran culpable del accidente con Vergne. "Un fin de semana completamente genial para mí", acertaba a ironizar el australiano para cerrar un episodio que espera olvidar cuanto antes.
HAMILTON Y RAIKKONEN DEFIENDEN EL PODIO
Al final, ningún Red Bull Racing en el podio, pero por poco: el duelo de Vettel con Hamilton animó los últimos compases. Hamilton, contento con su podio: "Me hubiera encantado ganar, pero está genial", decía el inglés. Räikkönen, por su parte, con el morro de su Lotus dañado tras su lucha (y toque) con Sergio Pérez, tuvo que conformarse con una (por otro lado) excepcional segunda posición, sobre todo teniendo en cuenta que los daños en su monoplaza le costaban un cuarto de segundo por vuelta, según Alan Permane, director de operaciones de Lotus. "El coche no está diseñado para correr con una pieza rota", declaraba irónico el finlandés sobre el maltrecho morro de su bólido. Pese a todo, las sensaciones este fin de semana han sido buenas, y no sería descabellado pensar en una pronta victoria.
HACE DIEZ AÑOS...
La 31ª victoria de Fernando Alonso la ha logrado a los 31 años de edad. En toda la historia de la Fórmula 1, es el cuarto piloto con más victorias, por detrás de Michael Schumacher (91), Alain Prost (51) y Ayrton Senna (41), y empatado con Nigel Mansell.
Todo empezó en 2003. R23 fue algo más que una combinación de una letra y un número para millones de aficionados españoles. Era el nombre de un bólido de carreras, el primero en el que un compatriota ganó una carrera de Fórmula 1. Todavía quedan más de cuatro meses para que se cumpla una década de aquella mágica victoria en Hungría, en 2003, pero nosotros nos adelantamos en recordarla. Aquella primera victoria de Alonso en 2003 y ésta 31ª en 2013 distan mucho. Y, sin embargo, parecen idénticas: el brillo en los ojos de Fernando sigue siendo el mismo. Denota su pasión y su adicción por la victoria año tras año. Azul, entonces; rojo, hoy.
En 2003 Alonso se escapó desde su Pole, aprovechando el tapón que hizo Mark Webber al resto del pelotón, y marcó ocho vueltas rápidas en los diez primeros giros. De esta manera completaron la estrategia de tres paradas sin percances, afianzándose en la primera posición. Alonso ponía fin en 2003 a 20 años de sequía de triunfos en Renault; había sido Alain Prost quien, en agosto de 1983, ganó por última vez con un coche francés en Austria.
Primera victoria de Alonso en la F1, GP de Hungría 2003
LOS CAMPEONES MANDAN
En aquel Gran Premio de Hungría de 2003, Kimi Räikkönen llegó segundo a 14 segundos del español. Este año, Kimi también ha llegado por detrás de Alonso a diez segundos. Dos podios casi idénticos, excepto porque Lewis Hamilton no había debutado todavía, y el tercer escalón lo ocupó Juan Pablo Montoya. Las cinco primeras posiciones en China este año han visto a los cinco únicos pilotos que gozan en su palmarés de algún título mundial: Fernando Alonso (dos), Kimi Räikkönen (uno), Lewis Hamilton (uno), Sebastian Vettel (tres) y Jenson Button (uno). A continuación, en la sexta posición, el único que alguna vez ha sido subcampeón: Felipe Massa.
¿Exhibición de talentos, experiencia, sabiduría, madurez… o sólo coincidencia? Quién sabe. Las escuderías se barajan en las primeras posiciones: un Ferrari, un Lotus, un Mercedes, un RBR y un McLaren… Mucho colorido para un mundial que vuelve a quedar reñido, con Vettel primero y sólo tres puntos de ventaja sobre Räikkönen. Tercero, Fernando Alonso, que remonta tres posiciones y ya está por detrás del finlandés de Lotus, y a sólo nueve puntos del alemán de RBR. En el horizonte, muy cerca, Bahréin. ¿Quién conquistará el desierto?
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