El dedo acusador apunta a Pirelli, que fue el que encendió la mecha. Pero la cerilla ha de apagarla la FIA, los Tedax de la F1

Es exactamente como haber metido dos kilos de trinitotolueno en una majá de las que soltaban los dinosaurios de Spielberg. Al estallar, la ππ|€rD@ lo salpica todo, y el pedazo de cagarruta más gordo le ha pegado en toda la cara al que encendió la mecha: Pirelli.

El fabricante italiano vio las puertas del cielo abiertas cuando Michelin pidió competir con otros fabricantes de gomas no queriendo quedarse como proveedor único, y a Bridgestone les metió en el costado la crisis financiera en Japan. Desde entonces la marca transalpina se convirtió en una de las piezas clave del Berniecirco, y de rebote, en uno de sus protagonistas muy a su pesar. Ahora,en lugar de hablar del liderazgo de Vettel, de la carrera ahogada de Alonso en caza del germano o la guerra silenciosa del francotirador Kimi hablamos de una industria auxiliardestinada, en principio, en colmar una necesidad y poco más.

El Virutas está aquí pa comentar las cosas que ve, que aprecia, que filtra y tizna con una capa de humor. Básicamente pa hablar de cosas chulas, para hacer sonreír al respetable al tiempo que habla de las carreras pero va y se topa con una neblina tipo escena del Destripador de London a punto de matar a su siguiente víctima. Todo esto no le hace ni πu†@ gracia, y menos cuando hablamos del único hilo del que se agarran los verdaderos protas de este jaleo a la vida. El cordón umbilical que les une con el mundo de los vivos no es su ni radio, ni su motor, ni el reglamento: son las gomas. Si hay algo que no puede fallar no es ni más ni menos que esto… y está haciéndolo de manera explosiva, y esto tiene la gracia donde las avispas.

La neblina londinense tapa, oculta y resulta engañosa incluso para los protagonistas y realizar un análisis exacto no es que sea complejo, es que no sería capaz de hacerlo ni el Snowden ese, el espía de la NSA que está atrapado en el aeropuerto de Moscú a pesar de haber tenido acceso a todas las comunicaciones planetarias.

En este follonaco hay algunas cosas que no conocemos pero muchas que sí sabemos:

—Se sabe y está probado que cinco neumáticos estallaron este domingo en Silvertone, y alguno llegó in extremis al final de la carrera. Hay informaciones que apuntan a que las gomas de Rosberg desfallecieron en la vuelta de honor, una de Vettel estaba lista y otra de ALO estaba más pallá que pacá al acabar uno de sus stints. Lo acabó de chiripa.

—Se sabe que Silverstone no ha cambiado el perfil de sus pianos desde su última remodelación y ya se ha corrido allí antes con gomas Pirelli… otras gomas Pirelli. Ninguna otra categoría de turismos y monoplazas ha padecido este tipo de malaria. Sólo la F1 con los neumáticos que se usaron este finde.

—Se sabe y está aparentemente certificado que los destrozos ocasionados en los pontones de los coches, especialmente el de Checo Pérez, nunca antes se había visto. Es como si los iraníes lo hubieran bombardeado. Rayaduras, cortes, latigazos, golpes y tarascazos nunca antes vistos. Al reventar, los neumáticos hacían girar ese pelucón de goma, lona, probablemente acero ymuy posiblemente kevlar que acabó provocando semejante descalabro en chapa y pintura. Lo delmuy posiblemente kevlar, material algo más duro que el propio acero, que tiene otro comportamiento, y ese comportamiento es...

—(Se sabe que en otras ocasiones) cuando el deslaminado de las gomas visto anteriormente, se ha visto salir despedido un rosco de goma, que va pegado a un donut de malla de acero.Virutas no tiene uno de estos donuts en sus manos, ni fibras de kevlar, ni una goma actual ni entera ni rota ni deslaminada, pero estas explosiones nunca antes se habían visto, o no al menos en neumáticos de esta marca desde que está de DJ residente en la F1. Algo parece haber cambiado en la estructura. Esto que es pura especulación se trata de una conclusión lógica: blanco y en botella, leche. Las gomas hacen lo que nunca hicieron, ergo han cambiado. Puede haber sido el pegamento, el compuesto, la malla de acero, o hasta el rotulador con las que las marcan al montarlas, pero no parecen ser las mismas.

Pirelli es una prestigiosa marca de neumáticos que desde 1872 calza a coches que ruedan por todo el planeta. Nadie debería pensar que no conocen su trabajo, porque han tenido tiempo en casi siglo y medio de comprender como funcionan sus productos. El problema no es la marca, sino los tejemanejes que se traen unos y otros con favorecer o emputecer a unos y otros y Pirelli asume como parte del negocio. Como daño colateral de estos triles están ocurriendo tres desagradables efectos secundarios:

—La espantosa imagen que está ofreciendo la marca de sus productos
—El aspecto fullero y cuchipandas que anda adquiriendo la F1 con apaños, parches y beneficios antinaturales
—Y tres y el más grave de todos: se está poniendo en juego la seguridad de los toreros dejándoles en pelotas delante de los astados. Checo reventó dos gomas, pero una de ellas en plena cara de Alonso que por poco no lo cuenta, como dijo Horner. No fue el único, porque Kimi llevó a cuestas otro pedazo de goma en otra detonación no controlada. Esto sin hablar de que no es recomendable pilotar un triciclo a 300kms/h, o que automáticamente palmes ritmo, tiempo y una merecida y bien ganada plaza como la de Lewis, que buenamente acabó una carrera que bien podría haber ganado de no haberse interferido un problema exógeno.

Que reviente una goma es chungo pero algo que puede ocurrir. Que revienten dos en una misma prueba es chungo y raro de narices. Que sean tres empieza a ser alarmante, pero que estallen cinco no es de recibo, y es señal de que se están haciendo experimentos. Pa los experimentos se inventó la gaseosa y no las carreras, y si Pirelli tiene que hacer pruebas, que haga las que necesite, pero con las puertas abiertas, sin cascos negros y con los coches que sean necesarios de manera regulada, con luz y taquígrafos; lo de Mercedes en Montmeló no se puede repetir, básicamente porque es injusto deportiva y moralmente.

Si las carreras aburren o no gustan, que pongan chicanes, que limiten el consumo, que inviertan las parrillas o que sorteen los puestos de salida, pero cuando un equipo desarrolla un coche en pretemporada para unos neumáticos dados, gastan la mayor parte de su presupuesto haciendo girar todo su vudú alrededor de una pieza fija: los compuestos. Cambiarlos durante el año en beneficio de unos o perjuicio de otros no hace más que adulterar y trampear la competición. Las gomas son estas y las mismas para todos. Si un coche no va bien, es porque sus ingenieros hicieron su trabajo mal. Cambiarlas en mitad de la temporada vicia y adultera el resultado y regular esto no es función ni de Bernie ni de Pirelli ni de los equipos, sino del árbitro último: la FIA.

¿Qué… que en el reglamento no dice nada de un proveedor? Mira, colega: en el momento en que una sola tuerca de un coche entra en el asfalto, un comisario, una grúa, una bandera o un botarate como Jimmy Jump salta una valla la FIA lo regula, así que ¿porque ©0_|0π3$ no rige esto el encargados natural de hacerlo? ¿…o es que hay algo más? porque hay muchos más que lo piensan… ¿Apaños, trapis, negociaciones de conveniencia politico-económica bajo la mesa? Es fácil ser conspiracionista cuando nadie de nadie tiene una explicación plausible y coherente de todo lo que está pasando. Si se diera una explicación, por fea que fuese, se acabarían las ideas alocadas y las legítimas imaginaciones de cada cual se quedarñian tumbadas al sol.

Ahora se vuelve a las estructuras del año pasado, con compuestos de este año, pensando en el que viene, para poner kevlar, sin el acero, que beneficia a no se quien… marasmo, jaleo, algo muy alejado de lo previsto. Si cambian los neumáticos, se le atragantarán a algunos que hicieron bien su tarea, lo que nos lleva a una situación deportivamente indebida.

Pirelli-fabricante-de-ruedas-de-F1 (no confundir con la sección que construye los neumáticos de tu coche) no tiene la culpa de esta situación, porque a fin de cuentas son unos mandaos, pero la pella de cagarro XXL le ha pegado en el careto a Pablo Hembery, cabeza visible de la marca en los circuitos, pero… ¿de quien era la mano que encendió la cerilla que encendió el petardo que encendió todo este jaleo al estallar dentro de la cagada?