Nos espera un año cargado de sorpresas y colorido: la carrera en Albert Park fue el aperitivo
Jenson Button seguro que tenía guardada
durante todo el invierno esta frase, que espetó nada más ganar el Gran
Premio de Australia de 2012, por la radio y dando la vuelta de honor
para que toda la audiencia mundial la oyera: “El coche es bonito y
rápido.” El británico empieza ganando y recordando a los rivales sus
palabras sobre el nuevo diseño de los monoplazas. Todos optaron por el
antiestético escalón en el morro, menos McLaren. Y no se cansaron de
decir, Ferrari y Red Bull especialmente, que lo importante no era que el
coche fuera bonito, sino rápido. Y tienen razón; en ese sentido,
McLaren les ha arrasado: su coche es el más bonito y, desde luego, el
más rápido.
MCLAREN: EL MÁS BONITO Y EL MÁS RÁPIDO
Tras todas las especulaciones sobre ingenios, inventos y secretos técnicos, parece que el convencionalismo gana la partida. Ni el 'buzón' en el morro del RB8 ni el 'S-duct' en Mercedes han podido con el potencial del MP4-27;
aunque eso no implica que no tengan un as guardado en la manga, en
forma de ingenio técnico, que todavía no hallamos descubierto. En
cualquier caso, han sido los dominadores este fin de semana, con la Pole
de Lewis Hamilton el sábado y un doble podio el domingo. Y aunque por parte de Red Bull sólo Sebastian Vettel pisó el podio, Mark Webber llegó cuarto, y de no ser por los eternos problemas en la salida del australiano (acrecentados cuando fue aprisionado entre el Force India de Nico Hülkenberg y el Toro Rosso de Daniel Ricciardo)
y lo difícil que es adelantar en Melbourne, muy probablemente Lewis
Hamilton habría sufrido más todavía en los últimos compases. Y es que
Webber recuperó el ritmo al cambiar los neumáticos y pudo ser más rápido
que el de McLaren en las últimas vueltas: “Si hubiéramos estado en Malasia, habría sido otra historia”, asegura Webber sobre la posibilidad real de adelantar que hubiera tenido de haber rodado en un circuito menos estrecho.
TODO VUELVE A LA NORMALIDAD
En cualquier caso y al final, mientras que el sábado todo era
colorido, emoción, nuevas caras y sorpresas, en realidad y en la
práctica cuando cayó la bandera de cuadros todo seguía más o menos
igual: los McLaren y los Red Bull dominando. Claro, que esta vez el
orden es diferente y el monopolio de RBR ha llegado a su fin.
Schumacher, Grosjean, Rosberg, Maldonado… Pilotos que partían en
posiciones privilegiadas desde la parrilla de salida se fueron quedando
por el camino, desde la primera hasta la misma última vuelta, dejándonos
un panorama muy parecido al convencional de las últimas temporadas: los
cinco primeros clasificados fueron McLaren, RBR y Ferrari. En la tabla
final las únicas sorpresas fueron el sexto lugar del siempre combativo y
espectacular Kobayashi (el Montoya japonés partía decimotercero), un séptimo puesto de Räikkönen en su regreso (arrancó decimoséptimo), y un octavo lugar de Serio Pérez
(salía vigésimo segundo) que se quita el mal sabor de boca del año
pasado, cuando fue descalificado tras completar una espectacular carrera
con una sola parada en boxes y debutar con un sexto lugar. Este año ha
repetido la estrategia y ha logrado entrar en los puntos tras un gran
trabajo de conservación de sus neumáticos.
GROSJEAN DURÓ DOS VUELTAS
Y es que cuando los semáforos rojos se apagaron, el colorido de la
carrera poco a poco fue perdiendo intensidad. El más que sonriente y
contento Romain Grosjean perdía inmediatamente su tercer lugar en la parrilla antes de llegar a la primera curva. En la primera vuelta era sexto, y su Lotus
quedó finalmente fuera de la carrera en la lucha entablada contra el
Williams de Maldonado en el segundo giro. El francés trató de defender
su posición ante un fortísimo Pastor que quería adelantarle por dentro
en la curva Ascari. El venezolano apuró toda la pista y más allá, al
subir todo el coche por el piano y parte de la escapatoria exterior,
obligando al de Lotus a abrirse. Pero Romain quería evitar pisar el
piano, para no perder tracción y continuar en la estela de Maldonado, y
se encontró con la rueda trasera izquierda del Williams,
que al impactar contra la delantera derecha suya, le rompió la
dirección. Ahí acababa el regreso de Grosjean a la Fórmula 1, un regreso
prometedor que a buen seguro tendrá un segundo capítulo en Malasia. A
pesar de no lograr el podio del año pasado, Lotus-Renault ha demostrado
ser razonablemente competitivo, y aunque Romain sufrió mucho desde la
misma salida, querrá resarcirse este mismo fin de semana en Sepang.
SCHUMACHER Y VETTEL; DUELO ALEMÁN
En los primeros compases de la carrera, Nico Rosberg y Michael Schumacher
fueron una buena salsa picante que animó al público. El heptacampeón
entabló una preciosa lucha contra nada más y nada menos que Sebastian
Vettel. El pasado (¿pasado?) de la Fórmula 1 y el presente unidos por la
misma nacionalidad. Los alemanes se lo pasaron en grande al ver el
duelo, aunque en realidad nunca hubo ningún adelantamiento entre ambos:
Sebastian Vettel (tras demostrar que sabe adelantar cuando superó en la
segunda vuelta a Rosberg en Clark Chicane) se salió en la primera curva
en la sexta vuelta. Vettel había realizado una buena salida y se
encontraba peleando por la tercera posición, que ocupaba Schumacher. El de Red Bull cometió un error al sobrevirar en Jones, la primera curva, y tuvo que salirse recto. Rosberg trató de aprovecharlo para meterse por fuera de la curva Sports Centre, pero Vettel defendió perfectamente. En
cuanto limpió sus neumáticos de la excursión por la hierba, Vettel
inició desde ahí mismo la remontada para recuperar el terreno perdido
respecto a Schumacher, que había aprovechado los problemas de
su compatriota para sacarle casi cuatro segundos de ventaja en su
tercera posición. Más de un nostálgico soñaba con ver al “campeonísimo”
otra vez en el podio, aunque ahora vestido de gris. Pero Vettel recuperó
el terreno y se puso otra vez en la estela del Mercedes tras sólo
cuatro vueltas (en el octavo giro ya estaba a sólo medio segundo de
Schumacher). La lucha entre ambos obligó a Michael a forzar su monoplaza
hasta romperlo. En realidad no sabemos si Michael rompió por la presión
de Vettel, pero no sería de extrañar tras las declaraciones del alemán:
“Estaba probando diversas marchas, recuperé de repente la tracción y me tuve que salir de la pista para evitar el trompo”. La rotura en la transmisión de su W03 en la undécima vuelta acabó con sus sueños, aunque asegura que seguirá dando guerra: “Sé que nuestra fiabilidad está fuera de dudas”, aseguró tras la carrera. “Podemos mejorar un poco más”.
Sea como sea y con todo, Vettel ya estaba tercero. Gracias a la
estrategia y al coche de seguridad, logró adelantar a Hamilton, que veía
indignado cómo su “pole” se transformaba finalmente en un tercer puesto
que no le sabía a nada. Y así lo dejó bien claro en el podio, donde
apenas se le vio sonreír ni participativo en la ceremonia del champagne.
EL SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA DE MALDONADO
La carrera de Pastor Maldonado fue de película. El
venezolano se clasificó octavo el sábado y pudo adelantar en la segunda
vuelta de la carrera a Grosjean. Pero entonces se enfrentó mano a mano
contra Ferrari de Fernando Alonso. El español estaba en plena remontada y aprovechó el incidente con Romain para adelantarle antes de la tercera vuelta
(la realización se lo perdió). Eso le dejó indefenso frente al Red Bull
de Mark Webber. Maldonado no aguantó la presión y se salió en la quinta
vuelta, perdiendo dos posiciones (frente a Webber y Massa). Era noveno. La remontada final le llevó al duelo magistral contra el Ferrari de Fernando Alonso
desde la reanudación de la carrera tras el coche de seguridad.
Maldonado presionó muy bien, e hizo sudar al español hasta la última
vuelta.
Tras dieciocho vueltas de acoso, la ambición rompió el saco y
Maldonado acabó contra las protecciones, destrozando no sólo su coche,
sino una carrera memorable. El Williams encargó la Chicane Clark pisando
completamente los bordillos exteriores, ya sobre la siguiente curva
(Marina), y la diferente adherencia del asfalto y el piano en plena
aceleración descontroló el monoplaza, obligando a Pastor a
contravolantear. El monoplaza, al entrar las cuatro ruedas de nuevo en
contacto con el asfalto, recuperó de golpe la adherencia, y como Pastor
tenía el volante girado hacia el muro, le respondió súbitamente
llevándolo contra él. El golpe fue fuerte pero afortunadamente el piloto
salió ileso. Alonso pudo respirar, pero se sintió mal por el piloto venezolano,
pues había realizado una gran carrera hasta ese momento (a pesar de la
salida de pista en la quinta vuelta). En cualquier caso, el potencial de
Williams-Renault quedó demostrado.
ALONSO LO VUELVE A HACER
Si Fernando Alonso es capaz de llegar a la meta quinto con
semejante monoplaza, esta temporada nos depara carreras más que
emocionantes. Pero también nos toca sufrir. En Malasia
probablemente Alonso no habría podido contener a Maldonado en las
últimas vueltas. Y eso le habría dejado sexto. Un sexto lugar (o incluso
un séptimo) es donde realmente está ahora el F2012. Este año hay muchas
alternativas a McLaren y Red Bull, y pilotos de Williams, Lotus-Renault
o incluso Sauber pueden representar amenazas reales para los intereses
rojos. La buena noticia, como dijo Alonso el domingo, es que mejorando
sólo unas décimas se pueden recuperar varias posiciones de una tajada. Y
si hay un equipo que sabe actualizarse y recuperarse, ese es Ferrari. De momento, Alonso asegura que saben qué camino deben seguir,
y adelantan mejoras para Malasia. De parte de Fernando, todo el
pilotaje de un bicampeón mundial encarcelado en un monoplaza imposible
hace maravillas como la del domingo: siete posiciones ganadas en toda la
carrera, cuatro en la salida (en parte por la melé de la primera
curva). De no ser por el tremendo error en la clasificatoria, Alonso
quizá tampoco hubiera terminado más arriba (pues el coche tiene el ritmo
que tiene), pero seguramente no lo habría pasado tan mal desde la misma
salida, teniendo que remontar desde tan atrás. Ahora toca ir a Malasia,
carrera que el español considera “una prueba de fuego”.
FELIPE MASSA PENDE DE UN FINO HILO
Si la carrera de Alonso es admirable, la de Felipe Massa fue para
olvidar. El brasileño no se encontró a gusto con el equilibrio de su
monoplaza en todo el fin de semana. Tras realizar una primera vuelta excepcional (remontó seis posiciones), su carrera fue desde ahí un infierno: los neumáticos traseros le dieron problemas desde la décima vuelta, y ya nada pudo hacer ni tan siquiera por sumar puntos: “Intentamos adelantar la primera parada, pero también con el segundo juego de neumáticos blandos tuve los mismos problemas”. Todo se fue definitivamente al garete cuando chocó contra Bruno Senna
en la vuelta cuadragésimo séptima. El de Ferrari trataba de defenderse
de Ricciardo en Sports Centre, y Bruno aprovechó para colarse por el
exterior en Hellas. Massa se emparejó y ambos se tocaron. Lo
curioso es que los dos monoplazas se engancharon entre sí en la
escapatoria asfaltada, volvieron justos a la pista y hasta la siguiente
curva, Whiteford, no lograron desengancharse. Durante todo el
incidente, ambos coches resultaron dañados, y mientras que Senna se
salió de la pista en Albert Road, el de Ferrari tuvo que entrar a boxes
para no salir más. El brasileño de Ferrari lo calificó como “incidente de carrera”,
y terminaba así una actuación insípida que sin embargo podría haber
brindado algunos puntos de consolación a la Scuderia en un duro fin de
semana de trabajo y superación. La desesperación en el muro rojo era
considerable; Massa no está haciendo méritos para conservar su asiento a
final de temporada.
UN AÑO DE SORPRESAS Y COLOR
La primera carrera del año ya ha terminado y Jenson Button es el primer campeón. Pero hoy nadie se atrevería a apostar por él como favorito para ganar el mundial.
Y no es que no tenga opciones; al contrario: si alguien sabe dominar
inteligentemente las situaciones más difíciles, ese es Button. Pero
con una caterva de pilotos de la talla de Sebastian Vettel, Mark
Webber, Lewis Hamilton, Michael Schumacher o Fernando Alonso por detrás,
nadie podría apostar por uno solo de ellos. Este año los
tiempos están más reñidos que nunca y unas pocas décimas de recuperación
pueden suponer adelantar varios puestos. Los cuatro primeros pilotos
clasificados en el Gran Premio de Australia entraron a la meta con menos
de cinco segundos de diferencia entre ellos. Así que cada equipo
luchará día a día por mejorar, y esa será la clave para ganar el
mundial. Más que nunca, este año será un año de desarrollos y
actualizaciones constantes toda la temporada. Quien pierda el tren se quedará descolgado, por mucha ventaja que tenga en las primeras carreras. Nos espera, pues, un año cargado de sorpresas y colorido. Porque esto sólo acaba de empezar.
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