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martes, 20 de marzo de 2012

ANALISIS GP AUSTRALIA

Nos espera un año cargado de sorpresas y colorido: la carrera en Albert Park fue el aperitivo

Jenson Button seguro que tenía guardada durante todo el invierno esta frase, que espetó nada más ganar el Gran Premio de Australia de 2012, por la radio y dando la vuelta de honor para que toda la audiencia mundial la oyera: “El coche es bonito y rápido.” El británico empieza ganando y recordando a los rivales sus palabras sobre el nuevo diseño de los monoplazas. Todos optaron por el antiestético escalón en el morro, menos McLaren. Y no se cansaron de decir, Ferrari y Red Bull especialmente, que lo importante no era que el coche fuera bonito, sino rápido. Y tienen razón; en ese sentido, McLaren les ha arrasado: su coche es el más bonito y, desde luego, el más rápido.

MCLAREN: EL MÁS BONITO Y EL MÁS RÁPIDO
Tras todas las especulaciones sobre ingenios, inventos y secretos técnicos, parece que el convencionalismo gana la partida. Ni el 'buzón' en el morro del RB8 ni el 'S-duct' en Mercedes han podido con el potencial del MP4-27; aunque eso no implica que no tengan un as guardado en la manga, en forma de ingenio técnico, que todavía no hallamos descubierto. En cualquier caso, han sido los dominadores este fin de semana, con la Pole de Lewis Hamilton el sábado y un doble podio el domingo. Y aunque por parte de Red Bull sólo Sebastian Vettel pisó el podio, Mark Webber llegó cuarto, y de no ser por los eternos problemas en la salida del australiano (acrecentados cuando fue aprisionado entre el Force India de Nico Hülkenberg y el Toro Rosso de Daniel Ricciardo) y lo difícil que es adelantar en Melbourne, muy probablemente Lewis Hamilton habría sufrido más todavía en los últimos compases. Y es que Webber recuperó el ritmo al cambiar los neumáticos y pudo ser más rápido que el de McLaren en las últimas vueltas: “Si hubiéramos estado en Malasia, habría sido otra historia”, asegura Webber sobre la posibilidad real de adelantar que hubiera tenido de haber rodado en un circuito menos estrecho. 

TODO VUELVE A LA NORMALIDAD
En cualquier caso y al final, mientras que el sábado todo era colorido, emoción, nuevas caras y sorpresas, en realidad y en la práctica cuando cayó la bandera de cuadros todo seguía más o menos igual: los McLaren y los Red Bull dominando. Claro, que esta vez el orden es diferente y el monopolio de RBR ha llegado a su fin. Schumacher, Grosjean, Rosberg, Maldonado… Pilotos que partían en posiciones privilegiadas desde la parrilla de salida se fueron quedando por el camino, desde la primera hasta la misma última vuelta, dejándonos un panorama muy parecido al convencional de las últimas temporadas: los cinco primeros clasificados fueron McLaren, RBR y Ferrari. En la tabla final las únicas sorpresas fueron el sexto lugar del siempre combativo y espectacular Kobayashi (el Montoya japonés partía decimotercero), un séptimo puesto de Räikkönen en su regreso (arrancó decimoséptimo), y un octavo lugar de Serio Pérez (salía vigésimo segundo) que se quita el mal sabor de boca del año pasado, cuando fue descalificado tras completar una espectacular carrera con una sola parada en boxes y debutar con un sexto lugar. Este año ha repetido la estrategia y ha logrado entrar en los puntos tras un gran trabajo de conservación de sus neumáticos. 

GROSJEAN DURÓ DOS VUELTAS
Y es que cuando los semáforos rojos se apagaron, el colorido de la carrera poco a poco fue perdiendo intensidad. El más que sonriente y contento Romain Grosjean perdía inmediatamente su tercer lugar en la parrilla antes de llegar a la primera curva. En la primera vuelta era sexto, y su Lotus quedó finalmente fuera de la carrera en la lucha entablada contra el Williams de Maldonado en el segundo giro. El francés trató de defender su posición ante un fortísimo Pastor que quería adelantarle por dentro en la curva Ascari. El venezolano apuró toda la pista y más allá, al subir todo el coche por el piano y parte de la escapatoria exterior, obligando al de Lotus a abrirse. Pero Romain quería evitar pisar el piano, para no perder tracción y continuar en la estela de Maldonado, y se encontró con la rueda trasera izquierda del Williams, que al impactar contra la delantera derecha suya, le rompió la dirección. Ahí acababa el regreso de Grosjean a la Fórmula 1, un regreso prometedor que a buen seguro tendrá un segundo capítulo en Malasia. A pesar de no lograr el podio del año pasado, Lotus-Renault ha demostrado ser razonablemente competitivo, y aunque Romain sufrió mucho desde la misma salida, querrá resarcirse este mismo fin de semana en Sepang. 

SCHUMACHER Y VETTEL; DUELO ALEMÁN 
En los primeros compases de la carrera, Nico Rosberg y Michael Schumacher fueron una buena salsa picante que animó al público. El heptacampeón entabló una preciosa lucha contra nada más y nada menos que Sebastian Vettel. El pasado (¿pasado?) de la Fórmula 1 y el presente unidos por la misma nacionalidad. Los alemanes se lo pasaron en grande al ver el duelo, aunque en realidad nunca hubo ningún adelantamiento entre ambos: Sebastian Vettel (tras demostrar que sabe adelantar cuando superó en la segunda  vuelta a Rosberg en Clark Chicane) se salió en la primera curva en la sexta vuelta. Vettel había realizado una buena salida y se encontraba peleando por la tercera posición, que ocupaba Schumacher. El de Red Bull cometió un error al sobrevirar en Jones, la primera curva, y tuvo que salirse recto. Rosberg trató de aprovecharlo para meterse por fuera de la curva Sports Centre, pero Vettel defendió perfectamente. En cuanto limpió sus neumáticos de la excursión por la hierba, Vettel inició desde ahí mismo la remontada para recuperar el terreno perdido respecto a Schumacher, que había aprovechado los problemas de su compatriota para sacarle casi cuatro segundos de ventaja en su tercera posición. Más de un nostálgico soñaba con ver al “campeonísimo” otra vez en el podio, aunque ahora vestido de gris. Pero Vettel recuperó el terreno y se puso otra vez en la estela del Mercedes tras sólo cuatro vueltas (en el octavo giro ya estaba a sólo medio segundo de Schumacher). La lucha entre ambos obligó a Michael a forzar su monoplaza hasta romperlo. En realidad no sabemos si Michael rompió por la presión de Vettel, pero no sería de extrañar tras las declaraciones del alemán: “Estaba probando diversas marchas, recuperé de repente la tracción y me tuve que salir de la pista para evitar el trompo”. La rotura en la transmisión de su W03 en la undécima vuelta acabó con sus sueños, aunque asegura que seguirá dando guerra: “Sé que nuestra fiabilidad está fuera de dudas”, aseguró tras la carrera. “Podemos mejorar un poco más”. Sea como sea y con todo, Vettel ya estaba tercero. Gracias a la estrategia y al coche de seguridad, logró adelantar a Hamilton, que veía indignado cómo su “pole” se transformaba finalmente en un tercer puesto que no le sabía a nada. Y así lo dejó bien claro en el podio, donde apenas se le vio sonreír ni participativo en la ceremonia del champagne.

EL SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA DE MALDONADO
La carrera de Pastor Maldonado fue de película. El venezolano se clasificó octavo el sábado y pudo adelantar en la segunda vuelta de la carrera a Grosjean. Pero entonces se enfrentó mano a mano contra Ferrari de Fernando Alonso.  El español estaba en plena remontada y aprovechó el incidente con Romain para adelantarle antes de la tercera vuelta (la realización se lo perdió). Eso le dejó indefenso frente al Red Bull de Mark Webber. Maldonado no aguantó la presión y se salió en la quinta vuelta, perdiendo dos posiciones (frente a Webber y Massa). Era noveno. La remontada final le llevó al duelo magistral contra el Ferrari de Fernando Alonso desde la reanudación de la carrera tras el coche de seguridad. Maldonado presionó muy bien, e hizo sudar al español hasta la última vuelta.
Tras dieciocho vueltas de acoso, la ambición rompió el saco y Maldonado acabó contra las protecciones, destrozando no sólo su coche, sino una carrera memorable. El Williams encargó la Chicane Clark pisando completamente los bordillos exteriores, ya sobre la siguiente curva (Marina), y la diferente adherencia del asfalto y el piano en plena aceleración descontroló el monoplaza, obligando a Pastor a contravolantear. El monoplaza, al entrar las cuatro ruedas de nuevo en contacto con el asfalto, recuperó de golpe la adherencia, y como Pastor tenía el volante girado hacia el muro, le respondió súbitamente llevándolo contra él. El golpe fue fuerte pero afortunadamente el piloto salió ileso. Alonso pudo respirar, pero se sintió mal por el piloto venezolano, pues había realizado una gran carrera hasta ese momento (a pesar de la salida de pista en la quinta vuelta). En cualquier caso, el potencial de Williams-Renault quedó demostrado. 

ALONSO LO VUELVE A HACER
Si Fernando Alonso es capaz de llegar a la meta quinto con semejante monoplaza, esta temporada nos depara carreras más que emocionantes. Pero también nos toca sufrir. En Malasia probablemente Alonso no habría podido contener a Maldonado en las últimas vueltas. Y eso le habría dejado sexto. Un sexto lugar (o incluso un séptimo) es donde realmente está ahora el F2012. Este año hay muchas alternativas a McLaren y Red Bull, y pilotos de Williams, Lotus-Renault o incluso Sauber pueden representar amenazas reales para los intereses rojos. La buena noticia, como dijo Alonso el domingo, es que mejorando sólo unas décimas se pueden recuperar varias posiciones de una tajada. Y si hay un equipo que sabe actualizarse y recuperarse, ese es Ferrari. De momento, Alonso asegura que saben qué camino deben seguir, y adelantan mejoras para Malasia. De parte de Fernando, todo el pilotaje de un bicampeón mundial encarcelado en un monoplaza imposible hace maravillas como la del domingo: siete posiciones ganadas en toda la carrera, cuatro en la salida (en parte por la melé de la primera curva). De no ser por el tremendo error en la clasificatoria, Alonso quizá tampoco hubiera terminado más arriba (pues el coche tiene el ritmo que tiene), pero seguramente no lo habría pasado tan mal desde la misma salida, teniendo que remontar desde tan atrás. Ahora toca ir a Malasia, carrera que el español considera “una prueba de fuego”.

FELIPE MASSA PENDE DE UN FINO HILO
Si la carrera de Alonso es admirable, la de Felipe Massa fue para olvidar. El brasileño no se encontró a gusto con el equilibrio de su monoplaza en todo el fin de semana. Tras realizar una primera vuelta excepcional (remontó seis posiciones), su carrera fue desde ahí un infierno: los neumáticos traseros le dieron problemas desde la décima vuelta, y ya nada pudo hacer ni tan siquiera por sumar puntos: “Intentamos adelantar la primera parada, pero también con el segundo juego de neumáticos blandos tuve los mismos problemas”. Todo se fue definitivamente al garete cuando chocó contra Bruno Senna en la vuelta cuadragésimo séptima. El de Ferrari trataba de defenderse de Ricciardo en Sports Centre, y Bruno aprovechó para colarse por el exterior en Hellas. Massa se emparejó y ambos se tocaron. Lo curioso es que los dos monoplazas se engancharon entre sí en la escapatoria asfaltada, volvieron justos a la pista y hasta la siguiente curva, Whiteford, no lograron desengancharse. Durante todo el incidente, ambos coches resultaron dañados, y mientras que Senna se salió de la pista en Albert Road, el de Ferrari tuvo que entrar a boxes para no salir más. El brasileño de Ferrari lo calificó como “incidente de carrera”, y terminaba así una actuación insípida que sin embargo podría haber brindado algunos puntos de consolación a la Scuderia en un duro fin de semana de trabajo y superación. La desesperación en el muro rojo era considerable; Massa no está haciendo méritos para conservar su asiento a final de temporada. 

UN AÑO DE SORPRESAS Y COLOR
La primera carrera del año ya ha terminado y Jenson Button es el primer campeón. Pero hoy nadie se atrevería a apostar por él como favorito para ganar el mundial. Y no es que no tenga opciones; al contrario: si alguien sabe dominar inteligentemente las situaciones más difíciles, ese es Button. Pero con una caterva de pilotos de la talla de Sebastian Vettel, Mark Webber, Lewis Hamilton, Michael Schumacher o Fernando Alonso por detrás, nadie podría apostar por uno solo de ellos. Este año los tiempos están más reñidos que nunca y unas pocas décimas de recuperación pueden suponer adelantar varios puestos. Los cuatro primeros pilotos clasificados en el Gran Premio de Australia entraron a la meta con menos de cinco segundos de diferencia entre ellos. Así que cada equipo luchará día a día por mejorar, y esa será la clave para ganar el mundial. Más que nunca, este año será un año de desarrollos y actualizaciones constantes toda la temporada. Quien pierda el tren se quedará descolgado, por mucha ventaja que tenga en las primeras carreras. Nos espera, pues, un año cargado de sorpresas y colorido. Porque esto sólo acaba de empezar.

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