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martes, 27 de septiembre de 2011

ANALISIS GP SINGAPUR: EL TITULO PUEDE ESPERAR

Button se cuela en el podio Singapur y aplaza la 'victoria' de Vettel para Japón

Jenson Button evitó la gran fiesta de Red Bull y Sebastian Vettel. Con su presencia en el segundo escalón del podio, el británico de McLaren impidió que el de RBR sumara los 125 puntos que necesitaba para proclamarse el bicampeón del mundo más joven de la historia. A pesar de todo, Sebastian tiene una más que cómoda posición para celebrar en la próxima carrera, Japón, un título más que anunciado. De momento, sólo Jenson Button tiene ya opciones de impedirlo. Pero para lograrlo debería ganar todas las carreras que restan; ni bebiéndose todas las latas de bebidas energéticas de la competencia sería capaz de hacer cambiar las apuestas.


La noche de Singapur parecía el escenario perfecto para que Vettel celebrase la fiesta de su vida; pero los fuegos artificiales del final no eran por su título mundial, que aún tendrá que esperar a Suzuka. El joven Sebastian podía ver los destellos de los cohetes aún dentro de su monoplaza. Las chispas en el cielo urbano de Singapur se reflejaban en el mar, creando un recuerdo que podría haber quedado en la retina de Vettel de por vida de una forma especial si se hubiera llevado debajo del brazo su segundo mundial consecutivo.
No fue así, pero a buen seguro que tampoco olvidará su decimonovena victoria en Fórmula 1. Aunque pudo parecer una victoria fácil, sin complicaciones y sencilla, sin nada en especial, Vettel fue capaz de mantener bajo control a su monoplaza de principio a fin, sin cometer un solo error en un circuito que algunos pilotos consideran incluso más complicado que Mónaco, pues las velocidades son superiores y la distancia mayor (de hecho, la carrera de Vettel duró 1 hora, 59 minutos y 6 segundos, a punto de sobrepasar el límite). Sólo le faltó la vuelta rápida (que finalmente se la llevó Jenson Button) para lograr otro triplete perfecto: Pole, victoria de principio a fin y vuelta rápida. Sin vuelta rápida, se quedó en “una carrera perfecta”; no está nada mal. 

HAMILTON VUELVE A LAS ANDADAS
En la salida, Vettel tuvo que contener a un impetuoso Jenson Button, que trató de ganarle la posición por el interior. Pero la recta de Singapur se le quedó corta, y se quedó segundo. Fernando Alonso protagonizó otra buena arrancada, y volvió a ascender posiciones, hasta la tercera. Mark Webber, como suele ser habitual, perdió dos lugares y se quedó cuarto.
La carrera de Hamilton estaba hipotecada desde la calificación, cuando dijo adiós a un juego de superblandos al pinchar el sábado; el domingo tuvo que montar los menos adherentes neumáticos blandos antes que la mayoría de sus rivales, que todavía gozaban de tres juegos disponibles. En la salida, para más INRI, quedó bloqueado en el pelotón, donde cada cual buscaba un hueco por dónde pasar las primeras y saturadas curvas, y cayó al octavo lugar. Desde ahí inició una serie de adelantamientos preciosos a ambos Mercedes, hasta que alcanzó al Ferrari y Felipe Massa y protagonizó otro incidente, al tocarle en el neumático trasero izquierdo.
Era la duodécima vuelta y ya había destrozado su alerón delantero. La peor parte se la llevó el brasileño de Ferrari, que caía al fondo del pelotón y tuvo que remontar desde entonces hasta la novena final. Muy enfadado, el brasileño arremetió contra el inglés de McLaren en plena entrevista en el 'corralito' de después de la carrera, donde le golpeó el hombro para increparle con toda la ironía posible: "¡Buen trabajo, amigo! ¡Muy bien!", ante la sorpresa de los periodistas que en ese momento estaban entrevistando al de McLaren. Más tarde, las palabras de Massa contra Hamilton no se suavizaron: "Siempre le penalizan pero le da igual. Ese es el problema. No le importa ni lo entiende".
Massa ya venía picado del sábado, cuando Hamilton trató de adelantarle (y finalmente le adelantó) en la primera vuelta de la tercera tanda de la clasificatoria, una maniobra que Felipe consideró innecesaria y peligrosa. Como casi después de cada carrera (y, por ende, después de cada incidente polémico de Lewis), su jefe (Martin Whitmarsh) no ha tardado en salir a la palestra a defenderle: "Hay que correr riesgos a la hora de adelantar", asegura. Hamilton ya había cambiado sus neumáticos, y tras la segunda parada para cambiar el alerón y la sanción posterior, cayó al decimonoveno puesto.  

EL VUELO DE SCHUMACHER
Muy por arriba, Vettel hacía su propia carrera, con más de diez segundos de ventaja sobre Button. Detrás, éste se aseguró una segunda posición que no perdió en ningún momento en toda la carrera. Después, eran Mark Webber y Fernando Alonso quienes luchaban, dentro y fuera de los boxes, por el tercer escalón del podio, que de momento aguantaba el español. Pero todo iba a cambiar en la vuelta vigésimoctava, al producirse el accidente de la carrera: Nico Rosberg logró adelantar al Sauber de Sergio Pérez, pero pisó las virutas de goma que abundantemente estaban esparcidas fuera de la trazada, y Pérez recuperó su posición. Ambos luchaban por el séptimo puesto cuando se tocaron a final de la recta principal, y Sergio tuvo que saltarse la curva por el exterior.
Schumacher, que iba justo por detrás, aprovechó la ocasión para echarse encima del Sauber. Pero calculó mal y, en plena frenada, se llevó por delante al mexicano. El Mercedes impactó con la parte trasera del Sauber e hizo el intento de despegar. Afortunadamente sólo se encabritó y no llegó a volcar (como sí le pasó a Mark Webber en Valencia la pasada temporada). El impacto fue fuerte, y Nico (que iba justo por delante) tuvo suerte de no ser embestido por su descontrolado compañero de equipo. Schumacher reconoció que había sido un error de cálculo suyo. Eso propició la salida del coche de seguridad, cumpliendo su tradicional presencia en cada carrera en Singapur. Terminaba así la carrera de Schumacher, y también su racha de buenos resultados de las últimas carreras.

LOS DOBLADOS DECIDENEl coche de seguridad, como suele ser habitual, barajó los monoplazas que luchaban por posición y los que estaban doblados. Estaba claro que cuando el coche de seguridad se retirara se iban a producir situaciones polémicas. El más afectado fue Fernando Alonso que, bloqueado detrás de su compatriota Jaime Alguersuari, fue adelantado fugazmente por Mark Webber que, muy astuto, aprovechó la ocasión. A pesar de todo, lo cierto es que Webber iba bastante más rápido que el Ferrari, y el adelantamiento muy seguramente se iba a producir, antes o después.
Por su parte, Vettel había logrado meter a varios doblados entre él y Jenson Button, lo que le sirvió para mantener relativamente la distancia que había ganado vuelta a vuelta antes del coche de seguridad. Gracias a eso conservó casi nueve segundos de ventaja cuando se reinició la carrera; Button no pudo, así, sacar partido del coche de seguridad para pegarse al Red Bull. Más atrás, Lewis Hamilton se resarció adelantando a Pérez, Sutil, Rosberg y Di Resta, llegando finalmente al quinto puesto final (tuvo que volver a adelantar a Di Resta en la vuelta cincuenta y tres, tras la segunda parada en boxes). Di Resta llegaba así sexto a la meta, su mejor resultado hasta hoy, que le confirma como el mejor debutante del año. El escocés ya suma veinte puntos en el campeonato mundial.  

LLUVIA DE SANCIONESLos comisarios tuvieron mucho trabajo; a la sanción de Hamilton hay que sumar la de Kobayashi (por ignorar las banderas azules) y la de Lotus Renault, que tuvo que pagar 7.500 euros por un error de comunicación, cuando no advirtió a Bruno Senna de que era un coche doblado. El brasileño lo ignoraba, y entabló una lucha irreal contra Serio Pérez. Otros 10.000 euros tuvo que pagar Lotus por la peligrosa salida de boxes de Kovalainen, que a punto estuvo que arruinar la carrera de Sebastian Vettel.
Finalmente, Jaime Algersuari terminó su carrera en los últimos compases al estrellarse en la entrada del túnel de la grada. Eso habría propiciado la aparición del coche de seguridad, pero faltaban pocas vueltas y eso habría alargado la carrera más allá de las dos horas reglamentarias, por lo que la dirección de la carrera prefirió advertir con banderas amarillas la situación y dejar concluir la prueba.

SUMA Y SIGUE 
Vettel firma así su tercera victoria consecutiva. El alemán está cumpliendo con creces los requisitos que se le exigen en esta recta final para ganar el mundial: cuatro Poles consecutivas y presencia en todos los podios de la temporada (menos en Nürburgring, donde fue cuarto).
Sebastian está golpeando fuerte, con rabia, con ganas, con ímpetu y con toda la seguridad de quien cuenta con el mejor monoplaza del momento. Algo que no le quita ningún mérito. Al revés: el alemán no está cometiendo errores (los pocos que ha cometido fueron nimios), y corre con la regularidad necesaria para ser uno de los grandes. Sumando un único punto lo tendrá en su haber. Pero de momento, el título tendrá que esperar.

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