Hay muchas palabras que empieza por "pi". La denominación de lengua de asfalto donde pisan los coches para disputar cada cara, Pista, el de las gomas que calzan los coches, Pirelli, y el de un desodorante -curiosamente co origen en la misma ciudad que el Virutas- que aplicado en los quesos o pinreles (pies en el idioma caló) evita la sudoración excesiva y los malos olores, laPinrelina. Pues de esto última se van a tener que untar los pieses unos pocos porque atufa que da gusto. Menuda pestuza se está liando alrededor de las ruedas y no es precisamente a goma quemada lo que huele...
Tan inevitable como la defunción solar a la hora de la cena, la volatilidad de las baterías de nuestros móviles o la factura de datos de los mismos, el tema de hoy es... un momento, ¿las virutas de goma? Bueno, vamos por partes que aquí tienen que pillar varios, porque #Virutasenfurecido va a repartir.
La jugada de las gomas de esta temporada es como uno de esas situaciones en la que un amigo te recomienda una peli de Jean Claude van Damme, y cuando entras en la sala te das cuenta de que te has metido en una sesión de arte y ensayo del nuevo cine de autor ucraniano en versión original subtitulada. Lo que suele ocurrir es que la mayoría se suelen salir de la proyección a los pocos minutos. La jugada del cambio de gomas va a traer consecuencias, y no sólo deportivas.
En un solo párrafo te contamos el chiste: a Pirelli se le pidieron unas gomas "excitantes" para esta temporada y en base a un superior ritmo de los equipos punteros, se cayó en la creencia de que darían un soplamocos a espabilaos de la montaña como Sauber o Force India, que de forma natural no llegarían al podium, pero con una buena estrategia a una parada lograrían sacar los colores a equipos con el triple de pelas. Las gomas "divertidas" llegaron y ello ha traído sus consecuencias. Ahora son más blandas, mucho más, y según la Gazzeta dello Sport la estructura ha cambiado de manera radical, lo que crea una distorsión inesperada. Muy básicamente, un neumático tiene tres capas: la carcasa, que dibuja la forma general de la rueda y tiene forma de donut, las llamadas "lonas" que es lo que soporta golpes, torsiones y esfuerzos del contacto contra el asfalto, y la banda de rodadura hecha de goma, que es lo que toca directamente el asfalto (explicado muy someramente) Pirelli decidió cambiar la capa intermedia de este sándwich hecho de kevlar por hilos de acero, que tardan menos en adquirir temperatura, y la mantienen durante más tiempo. El comportamiento ahora de la rueda es nuevo, distinto. Los que antes tardaban mucho en calentar sus gomas (léase Ferrari, por ejemplo) ahora lo hacen antes, y los que antes se jamaban sus gomas con celeridad (léase Mercedes, por ejemplo) ahora las devoran con patatas fritas y un bote de mayonesa hipercalórica.
Todo apunta a que en las pruebas invernales de Jerez y Montmeló algunos equipos se esforzaron en comprender los cambios y se adaptaron a ellos, mientras que otros, en cambio se pusieron manos a la obra para paliar los efectos de la ausencia de unas vuvuzelas que ya no aplastaban su coche contra el suelo en las curvas. Unos investigaron en qué se podian beneficiar de lo bueno que tenían, y otros en recuperar el efecto de la mágica invención que les ha proporcionado pingües beneficios con anterioridad.
De aquellos polvos estos lodos, y en el barrizal, unas ruedas sin dibujo que tienden a atascarse por mucha caballería que las asista. Pirelli, proveedor (de pago) único y por tanto "unos mandaos" hicieron lo solicitado, y ahora sus neumáticos pasan por ser "esas arruedas que se rompen a las pocas vueltas". Lo de que hablen de mi aunque sea mal sirve para las personas, las películas de Almodóvar, y los Ristomejides, pero no para un producto del que tu vida pudiera depender si se los pones al coche con el que llevas de viaje a tu familia.
A Pirelli le han masticado lo que cuelga y recula con el diseño que sus dineros le costaron. Ruidosas reuniones de Mercedes y Red Bull con la marca, llamadas indiscretas a Bernie desde Austria, airados titulares de los que tienen que dar la cara a través de Twitter, órgano oficial de comunicación en el reino de la comunicación… Mateschitz se queja, Marko se queja, Lauda se queja, Wolff se queja, y hasta Bernie se queja, como si fueran ellos mismos los que llevan los coches. Los pilotos -más prudentes- se guardan la húmeda y esperan acontecimientos, y estos acontecimientos han reventado esta misma mañana como cuando reventó la presa Hoover en la película "Superman", la de Christopher Reeves, el mejor Superman de todos.
Pirelli ha adoptado la decisión de volver a la estructura de sus neumáticos del año pasado a los que añade tecnologías y compuestos de este 2013. O sea, que volvemos -presumiblemente- a las lonas de Kevlar, compuestos de este año con unos duros que ya eran como en 2012 y unos blandos que serán algo más resistentes y duraderos. La idea, "en beneficio del deporte" tal y como ha dejado caer Paul Hembery a través de su Blackberry en la red social del pájarito azul, es volver a la horquilla de las 2-3 paradas y olvidarnos de esas estradivárica idea de los cuatro aerobics que montan los mecánicos por carrera y que hacen parecer a los coches un autobús de línea urbana con tanto arranca y para.
¿Qué quien gana con esto? Pues con toda seguridad Red Bull y presumiblemente Mercedes, de los que se rumorea que los hilos de acero actuales adquieren tal calor que no sólo cuecen sus gomas, sino que además convierten en un horno microondas sus ejes, especialmente el trasero, y trasmiten la desagradable lava volcánica a los frenos. ¿Quien palma? Pues obviamente Ferrari y Lotus, que hicieron bien sus deberes en invierno y ahora se veíancortamangueando al resto de la parrilla y la ventaja se les disipa. Esto va acambiar el equilibrio de fuerzas ganado a pulso.
Problema One: señores, las normas son las mismas para todos. Hay las gomas que se pidieron que hubiera, exactamente las que las escuderías solicitaron y si alguien se sorprende de las novedades es porque no tiene Internet o no se lee los periódicos, porque ahí es donde lo leímos todos cuando se supo. Si su coche no va bien es porque hicieron su trabajo mal. Que se las compongan, que de eso trata el deporte más tecnificado del mundo, de enfrentarse a problemas de diversas índoles y una de ellas es la técnica. Esto también es Formula1. Tanto como cuando se descubrieron los alerones, las válvula neumáticas, o se pusieron botones en el volante.
Nadie puede llamar indigno a Dietrich Mateschitz, nada más lejos, pero si de verdad creyera en el deporte como dice, en lugar de afirmar que esto no es ya una competición, lo que debería hacer es irse a Milton-Keynes y pasar a látigo a sus ingenieros hasta que escupan una solución. Trabajar en lugar de quejarse, y adaptar su coche a las reglas en vez de adaptar las reglas a su coche. Eso es el deporte... eso es este deporte.
Problema Due: el año pasado llegó Pirelli y previamente a la temporada algún observador ladillero y perrofláutico esgrimió el argumento de que "como Pirelli y Ferrari son italianos seguro que les hacen unas gomas a su medida". A Felipe y Fernando sólo les faltó meterles fuego en marcha a sus compuestos más duros para que adquieran la temperatura idónea de utilización. De todo les hicieron y las pasaron putas para que alcanzasen esos 110-120 grados que dicen que necesitan para ser usadas dignamente. ¿A medida? Pos vaya mierda de sastre. Qué malamente lo debió pasar Manuel Muñoz, el ingeniero asignado por los transalpinos a la Scuderia.
Problema Trois y el más grave: a la F1 ahora se la ve como al Davy Jones, esa especie de calamar paticojo que salía haciendo de malo en "Piratas del Caribe". El bucanero cefalópodo salía en pantalla repleto de tentáculos que colgaban de su boca y seguramente debido a ello hablaba raro, pero su principal característica era que no podías confiarle tu cartera ni el tiempo de un cambio de neumáticos. La F1 se chotea de sí misma. Esto no es de recibo. Lo siento pero no, señor árbitro, el tamaño del esférico no se puede cambiar ni en mitad del encuentro, ni por convenirle a uno de los contendientes: esto no es serio. Si las reglas son las mismas para todos ¿porqué se cambian porque sólo unos las solicitan?
La clave del problema no es el que lo pide -algunos equipos- ni el que lo ejecuta -un proveedor-, sino el que lo permite: la FIA. En líneas generales lo que quiere el ente federativo son cosas muy sencillas: que las reglas se cumplan, que nadie se las salte, que haya cierta igualdad y que todo se haga dentro de unas medidas de seguridad eficaces. Su trabajo visto a largo plazo es correcto a pesar de alguna que otra sangrante cacicada y clamorosos errores, pero se suele reservar la última palabra cuando los coches pisan el asfalto y en esto deberían decir algo.
Si los cambios son por cuestiones relativas a la seguridad nadie debería graznar, pero si bien tienen la potestad de regular todo lo deportivo… ¿porque no hacen la Ley del Señor de los Anillos, una que las controle a todas, y que igual que dejaron en 2009 el difusor de doble plano sin posibilidad de cambiarlo hasta acabar el año, no lo aplican ahora? Así pasa lo del difusor soplado aquel en en mitad del año lo quitaron, y una carrera más tarde volvió. Improviseitors. Veleteishon. ¿Escasez de capacidad de previsión o víctimas de la potencia de fuego en una guerra de despachos? Seguramente de todo un poco, pero no ayuda al conjunto. Ay.
Tan británico como la F1 fue el desaparecido cineasta Alfred Hitchock, que decía: "nunca trabajes con perros, con niños o con Charles Laughton" (este último, un actor que parecía haberse tragado al muñeco de Michelin. El y el director no se podían ver, y no precisamente por estar mal de la vista)
En la frase del que nunca se llevó a casa un Oscar podríamos intercambiar el nombre del seboso intérprete por el de las gomas italianas de los almanaques calenturientos. Que fotos de supermodelos adornen los talleres mecánicos del medio planeta es normal; lo que no es normal es que se construyan coches que soportarían sin apenas arañazos un ataque nuclear, y sin embargo calcen zapatos que duran lo que dura un Calipo en manos (o boca) de una actriz porno transformer fabricada de hornos de inducción. ¿Alguien se ha parado a pensar si a las chicas de los calendarios le cantan los quesos? Pues Pinrelina, que si no se ponen los garajes muy feos…
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