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lunes, 4 de noviembre de 2013

Ese bonito monstruo



Sebastian Vettel vence en un “tilkódromo” que no convence

Puesta de sol con eclipse incluido, noche iluminada y fuegos artificiales. Ingredientes para tratar que Abu Dhabi llegue al corazón de la Fórmula 1. Pero a todas luces (y nunca mejor dicho) sólo parecen intentos de persuasión. Esta carrera sigue pareciendo un extraño invento. Pero esta vez, al menos, vimos bonitas luchas. ¿Y Vettel? Haciendo roscos en el asfalto. ¿Cómo no?
Carrera vespertina que termina de noche. Sobre el horizonte, un inmenso sol naranja con un bocado de la Luna: eclipse. En La Tierra, unos locos tragándose los kilómetros en un circuito extraño, ultramoderno, con edificios imposibles, que cambian de color, al lado del mar, con fuegos artificiales y un insultante sistema de iluminación artificial. Abu Dhabi no convence a los aficionados como pista de competición. Es un "tilkódromo" se mire por donde se mire. No hay curvas míticas. No hay secciones emocionantes. No hay pasión desmedida. Pero tiene algo. Es como un monstruo al que es difícil no mirar. Y no es sólo la tarde convertida a noche ni el eclipse ni los fuegos artificiales. Habrá que preguntarle a Sebastian Vettel. Él sí que sabe de emociones desmedidas. 

WEBBER PIERDE UNA GRAN OPORTUNIDAD
La victoria pocas veces ha estado tan cerca de Mark Webber como el pasado fin de semana en Abu Dhabi. Una importante "pole" le encaminaba a concluir su propósito de ganar al menos una carrera en la que es su última temporada en Fórmula 1. Pero, una vez más, en australiano erró en la salida y se vio superado por su compañero de equipo y por el Mercedes de Nico Rosberg. "Nico tuvo un mejor comienzo que Sebastian y que yo. Hice una buena jugada a Nico para recuperar la posición". El australiano se quedó segundo, y le fue imposible ni tan siquiera alcanzar a su compañero de equipo: "Hubiera sido bueno ganar, pero terminamos segundos. Vettel estaba en otro planeta. Era muy rápido y sus neumáticos no se desgastaban", argumentaba un impotente y a ratos incrédulo Webber. 
Webber y Rosberg luchan en pista
ROSBERG, UN IMPORTANTE PODIO
Nico Rosberg ha salvado los muebles de Mercedes con su tercer escalón del podio, incapaz de romper el doblete de Red Bull Racing. Su carrera empezó de forma prometedora: "Tuve una buena salida y pude coger a Mark. Creía que podría alcanzar a Vettel, pero no fue posible". El alemán de las Flechas de Plata pudo aprovechar un mejor comportamiento de su coche en la primera parte de la carrera, gracias a los neumáticos blandos, pero luego tuvo problemas de sobreviraje en la parte intermedia de la carrera. Con la segunda y última parada en boxes, los nuevos reglajes le ayudaron a culminar su podio. Su equipo se afianza en el subcampeonato de constructores después del fiasco de Ferrari. 

FERRARI SE CONFORMA
Un fiasco que empezó el sábado, con un Felipe Massa séptimo y un irreconocible Fernando Alonso undécimo (salió décimo tras la penalización de Kimi Räikkönen, cuyo alerón delantero mostró una excesiva flexibilidad en las pruebas de la FIA). El español tuvo que remontar mientras su compañero de equipo lucía de forma excepcional con varias maniobras y adelantamientos dignos, aunque también tuvo alguna salida de pista minimizada por las escapatorias asfaltadas: "Saliendo tan atrás sabíamos que iba a haber siempre batallas, siempre tráfico durante toda la carrera, no nos hemos librado de ello y en algunas hemos salido bien y en otras hemos perdido un poco de tiempo". A pesar de todo, Alonso se muestra contento al llegar quinto, cinco posiciones mejor que donde partió: "Viendo que los de delante están a treinta o diez segundos de nosotros, la verdad es que no hubiésemos quedado mucho. Estoy contento de sumar buenos puntos para el equipo". Por su parte, Massa sólo pudo ser octavo pese a rodar por delante de Alonso buena parte de la carrera.
Fernando Alonso en Abu Dhabi
UN LANCE DE CARRERA 
Sin duda la batalla más comentada fue la salida de boxes de Alonso en su última parada, cuando se enfrentó a Jean-Èric Vergne que puso los pelos de punta a todos los presentes. El español se reincorporaba a la pista a toda velocidad en la rápida curva a derechas cuando el Caterham defendía su posición por el interior. Alonso no deceleró, sino que aceleró para emparejarse a él y reclamar su espacio. Vergne no cedió ni un milímetro y el español de Ferrari tuvo que salirse de la pista para evitar el choque: "La regla dice que cuando tienes una porción del coche a la par que el otro no puedes utilizar todo el espacio de la pista, y estábamos rueda con rueda. Él se fue justo a la línea, al bordillo, así que supongo que me echó de la pista”, decía el asturiano tras la carrera, cuando supo que se le estaba investigando por esa acción. Finalmente los comisarios decidieron dejar la maniobra sin sanción para nadie y hacer lo más lógico: asumirlo como un lance de carrera.

QUE VUELVA A GIRAR LA NORIA
Lo que no ha sido un lance de carrera, una arbitrariedad o una casualidad es la aplastante victoria de Vettel. A uno se le acaban los adjetivos, las palabras, las metáforas… Y eso que esta lengua tiene de sobra, para calificar a este prodigioso chico y su fantástica montura. Romper récords y más récords ya casi es lo de menos. Lo más importante, inquietante y preocupante, según quien lo mire, es cuándo va a terminar esta etapa. Porque la Fórmula 1 está hecha de etapas, y todas, hasta la más exitosa y larga, tiene su fin. Nada es eterno. La noria volverá a girar y todos estarán deseando haber comprado el billete adecuado para verlo todo desde arriba. Y será entonces cuando digamos a nuestros hijos, a nuestros nietos, a los nuevos aficionados: "Yo viví el reinado de Sebastian Vettel”. Pues será, sin duda, una de las historias más contadas sobre este deporte en el futuro. Para mal o para bien. 
Sebastian Vettel celebra su victoria en Yas Marina
ESE EXTRAÑO MONSTRUO
Abu Dhabi. Sigue siendo extraño verlo en el calendario pese a que la llevamos cinco ediciones disputadas en este escenario de excesos, millonarios, petróleo y artificialidad. Es contradictorio: como un monstruo al que no puedes dejar de mirar; como un bonito salón recién decorado que uno no quiere manchar. Como esa cara alfombra que, paradójicamente, todos rodean para no estropear. Un escaparate vacío lleno de decoración y luces bonitas. Pero sigue siendo extraño verlo en el calendario y comprobar que allí no está Imola ni Magny-Cours, por ejemplo. Y uno piensa: ¿le pasará como a Turquía, Indianápolis o Valencia? De momento tenemos carrera con soles que se ponen y fuegos artificiales. Pero el petróleo no es renovable. Y cuando se acabe, quién sabe adónde iremos a parar y qué será de este gran monstruo bonito. 

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