El Título se juega en cada curva, mientras la 'silly season' continúa
La Fórmula 1 pone rumbo a Singapur tras
despedir la gira europea en Monza. Es la hora de los circuitos lujosos y
de los nuevos mercados, pero también es el momento en el que la
sorprendente temporada 2012 se aproxima a su desenlace. ¿Nos
sorprenderá? ¿Se prolongará el suspense hasta el último Gran Premio?
Imposible encontrar la respuesta a día de hoy, únicamente sabemos que
debemos estar listos para disfrutar de la magia de unas carreras en las
que el Título estará en juego en cada curva.
El ruido de 24 monoplazas y las luces de 1.600 farolas invadirán la noche de Singapur y modificarán, por unos días, el ritmo de vida de la ciudad-estado. Los pilotos ya están listos para afrontar uno de los Grandes Premios más duros del calendario, pues representa un desafío tanto desde el punto de vista físico como desde el psicológico: la sucesión de curvas es constante y el tiempo por vuelta es el más elevado de la temporada. Además, los pilotos deberán 'luchar' contra el horario local para seguir el ritmo de vida europeo, pues sólo así podrán estar en plenas condiciones para la carrera del domingo, que empezará a las ocho de la tarde hora local.
LA VUELTA DEL GP DE SINGAPURLa técnica y la precisión son vitales en la categoría reina del motor, unas cualidades que cobran especial importancia en trazados revirados como el de Marina Bay. Tras superar un doble viraje de izquierdas, aceleramos a fondo a lo largo de la recta principal. Una recta breve que nos conduce, antes de que nos demos cuenta, al primer viraje del circuito, una bonita sucesión de tres curvas enlazadas en la que reducimos velocidad a cada piano que atacamos. Superado este primer obstáculo, aplastamos el acelerador y llegamos a la quinta curva, un viraje rápido y abierto que desemboca en la recta más larga del circuito.
Tomar una buena trazada aquí será vital para aprovechar al máximo la velocidad punta de nuestro monoplaza. Acariciamos los 300km/h en una calle donde normalmente podríamos circular a 50km/h y frenamos para tomar una curva cerrada de 90 grados, el mejor punto de adelantamiento de todo el circuito dado que su relativamente amplia escapatoria anima a los pilotos a correr riesgos.
Dos giros cerrados más, meramente procesionales, nos conducen hasta la recta de St. Andrews Road, al término de la cual se encuentra la infame chicane 10. Una curva inútil a los ojos de muchos, aunque es necesaria dado que en este punto del trazado cualquier mínimo error se traduce en un accidente contra el muro. Sus elevados pianos, combinados con la escasa longitud de la recta que la precede, hacen que adelantar en este punto del Marina Bay resulte todo un logro.
Salimos de una enlazada y entramos en otra, esta más rápida, que concluye en la horquilla previa a la recta de Esplanade Drive. Un buen momento para que los pilotos recuperen fuerzas, pero también un lugar ideal para adelantar dado que la siguiente curva es especialmente lenta y cerrada.
Y empieza la parte del circuito que, desde mi punto de vista, es la más bella. Frenamos para tomar la curva 16 y trazamos la 17 jugando con el pedal del acelerador antes de pegarnos al muro en los virajes 18 y 19. Dos curvas lentas, donde adelantar es una utopía, pero inmejorables para comprobar hasta qué nivel llega la precisión de los pilotos de Fórmula 1. Tras rozar el muro, giramos el volante a la derecha, luego a la izquierda y aceleramos a fondo. Dos curvas abiertas (¡únicas en su clase en Singapur!) y unos cuantos centenares de metros nos separan de la línea de meta, una línea de meta que el próximo domingo los pilotos cruzarán en 61 ocasiones.
LA CARRERA POR EL TÍTULOMcLaren llega a Asia tras vencer en los últimos tres Grandes Premios disputados. Y su dominio no queda ahí, pues los de Woking han sido capaces de ganar en circuitos revirados como el Hungaroring y de volar hasta la gloria en circuitos como Spa-Francorchamps y Monza, antítesis del trazado húngaro. Los circuitos lentos han sido el feudo de Red Bull en las últimas temporadas, pero este año dicha superioridad se ha visto mermada por una normativa que ha cumplido su propósito: acabar con la era de Adrian Newey. Antaño Sebastian Vettel logró la pole position por más de medio segundo de ventaja sobre sus competidores, pero ahora Lewis Hamilton y Jenson Button prometen dar guerra sobre el asfalto del Marina Bay.
Fernando Alonso todavía es el líder del Campeonato, pero por sus retrovisores ya puede ver el MP4-27 de Lewis Hamilton. El británico está ahí, listo para aprovechar cualquier desliz del asturiano a pesar de que este todavía goza de una ventaja relativamente cómoda en la clasificación. Pero Ferrari es consciente de que deberán trabajar duro en los próximos meses, ya que el Mundial todavía no está decidido. En absoluto.
Cuando la Fórmula 1 llegó a Europa, hace cinco meses, Ferrari se encontraba un paso por detrás de sus competidores. La Scuderia supo corregir a tiempo las debilidades de su coche y demostró una capacidad de reacción extraordinaria. Pero todavía faltan siete carreras, siete finales. Mucho trabajo por hacer y mucho ingenio por exprimir, lo que precisamente es una de los grandes atractivos de la Fórmula 1.
Y mientras la atención mediática sigue los pasos de estos dos hombres, un tercer invitado de honor observa con atención la lucha por el Título: Kimi Raikkonen. Todavía no ha ganado una carrera esta temporada, pero el finlandés ya es tercero en la clasificación. Los más optimistas sueñan con que el finlandés consiga una segunda corona en la temporada de su regreso a la F1. Sin lugar a dudas sería un final excepcional para una temporada que ha roto esquemas y predicciones, pero no es 'conditio sine qua non' para calificar de fantástica la temporada de 'Iceman'.
ETERNA SILLY SEASONLos rumores acechan el paddock de la categoría reina, listos para invadirlo cuando el futuro profesional de uno de sus pilotos es incierto. La 'silly season' suele llenar titulares durante las largas semanas de agosto en las que los motores aguardan ansiosos el regreso a la competición en septiembre, pero este año la situación es diferente.
Felipe Massa y Lewis Hamilton protagonizaron una intensa rivalidad en 2011 que les hizo sacar lo mejor, y a la vez lo peor, de sí mismos sobre el asfalto. Un año después, ambos vuelven a ser protagonistas pues su continuidad en sus respectivas escuderías no está asegurada para la próxima temporada.
Hace unos meses muchos creían que Massa estaba acabado, que Ferrari no se plantearía si quiera la posibilidad de renovar su contrato. Dichas afirmaciones cobraron fuerza cuando se supo que la Scuderia negoció con Jenson Button para sustituir al paulista este año, pero lo cierto es que en Italia firmó una gran actuación que le acerca un poco más al volante del F2013, si finalmente el nuevo bólido se denomina así.
Lewis Hamilton, por otra parte, lucha por el Campeonato con McLaren mientras sopesa una oferta multimillonaria de Mercedes. ¿La firmará o optará por la estabilidad que supondría continuar en el equipo de Woking? ¿Estará dispuesto a cobrar menos? Fernando Alonso aseguró hace unos días que Lewis no se equivocaría si finalmente marcha de McLaren, pues al fin y al cabo el pasado de dicho equipo es mucho más brillante que su presente. Sin embargo, McLaren no es una vieja gloria de la parrilla. No debe ser subestimada. Todas las formaciones experimentan altibajos: Ferrari, sin ir más lejos, hacía años que no arriesgaba al diseñar un monoplaza. Es imposible permanecer siempre en lo más alto de la tabla y, por consiguiente, el prestigio del equipo en cuestión no debe verse afectado. ¿Pero qué decisión tomará el inglés?
A la espera de las respuestas a nuestras preguntas, nos prepararemos un fin de semana más para disfrutar de la categoría reina del motor. Un fin de semana más nos emocionaremos y sufriremos ante la pequeña pantalla mientras 24 máquinas circulan a una velocidad promedio superior a los 160km/h por las calles de una ciudad que el mundo observará durante tres largos días.
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