-->

martes, 25 de septiembre de 2012

MARANELLO NO PUEDE DEJAR ESCAPAR OTRA CORONA

Ferrari necesita a ALO, pero ALO necesita más Ferrari... (que no más a Ferrari) Maranello no puede dejar escapar otra corona
Cuando uno crece y va acumulando años, cambian los parámetros de lo que teme. Al principio de todo es a los padres, luego a unos profes autoritarios (de 'los de antes'), a unos compañeros cabrones, especialmente si llevas corrector dental. Cuando te haces adulto temes a tu jefe, a Hacienda, a la Guardia Civil… pero lo que le tuvo que entrar a Stefano Domenicali al ver aquel nombre en la pantalla de su Blackberry tuvo que ser un estadio de jiñe superior. La pantallita no decía "Montezemolo", sino "Montezemolo con la vena hinchada".
Fernando Alonso Díaz, El Demonio Rojo, lidera -contra todo pronóstico durante la pretemporada- el Mundial de Carreristas desde las cinco y media de la tarde del 27 de Mayo; cuatro meses ejerciendo de un vikingo que armado con una espada intenta trepar por las paredes de un pozo mientras un puñado de hombres-lobo le tiran zarpazos y dentelladas para devorarle las extremidades inferiores con idea de que se termine cayendo de espaldas.
El que tiene los piños más afilados es Lewis que procura una mejor vida al asturiano gracias a una colección de paradas fallidas, estrategias erróneas o averías inexplicables. Evidentemente Caballo Loco está por encima de su escudería, que le ha dado un buen coche -probablemente el mejor-… pero no tanto un buen equipo. A pesar de todo esto, es El Peligroso, el Killer, El Depredador de la Pradera.
Otro que se afila sus cuchillas al asesino estilo de Freddy Kruger, es Sebas Vettel, pero Frigodedo se queda en apenas Eduardo Manostijeras porque padece a cuenta de los desatinos mecánicos que parecían olvidados de los otrora delicaditos Red Bull, y echa de menos la insultante superioridad de sus escapes soplones. Si, está cerca, ahora mismo pegadito al Chavo del Cinco, pero no parece el mismo de los dos últimos años. A criterio del asturiano a este le teme menos porque "es mu bueno, pero no capaz de ganar sin un coche superior". Habla clarinete, y dice lo que piensa, y no por dorarle la píldora a Lewis precisamente.
El tercero que ha ido al dentista a hacerse una limpieza de sarro y a afilarse los incisivos es Kimi. El Hombre de Hielo puede quedarse en Muñeco de Nieve si en su equipo no le proporcionan un coche que a pesar de haber empezado la temporada con un ritmo endiablado, la menor pot€ncia financi€ra de su formación con respecto a los otros tres, puede hacerle sufrir en los compases finales de la temporada con una inferior cadencia de actualizaciones. El finés anda ahí agazapado, puntúa en todas las carreras, no realiza muchas visitas al podium, no gana, pero ahí está, con el arpón preparado y brillante como el año en que se llevó su corona; al final se lo llevó muerto sin que el resto se dieran cuenta. Este año le va a costar mucho más trabajo.
Alonso mira para abajo y ve como Lewis acumula tres victorias, las mismas que él, y resopla aliviado dentro de su vikingo casco cuando ve que las cajas de cambios de su McLaren le fallan en pistas orientales. Echa otro vistazo y resopla más cuando ve que a Sebas, con dos victorias, le falla su alternador Magnetti-Marelli de recambio (el mismo que gasta Ferrari). Webber tiene otras dos victorias, como Button, ya algo fuera de la pugna real por la corona 2012, todo muy repartidito este año.
Pero ALO sabe que su huida hacia arriba no puede depender de la mala pata ajena y les grita a su gente, a los que están en el brocal del pozo "¡¡¡killos, echadme un cable o nos caemos toos pabajo!!!" Arriba, su gente, los del equipo colorao que miran la escena con expectación, levantan las cejas, abren mucho los ojos y se encojen de hombros para soltar un "vale ¿pero, y que hacemos?", y en ese momento es cuando suena la Blackberry de Domenicali con una foto del Dios Odín pero que usa un seudónimo para cuando se hace humano: ¡Montezemolo! y él y Pat Fry, que ven el nombre en la pantallita se echan a temblar y le dicen al de Oviedo: "espera, espera que ahora venimos", y no les da la risa floja precisamente.
Stefano y su monaguillo técnico salen por patas a Italia a que Montezuma(*) les pegue una de esas charlas en italiano que hace que no te entre por el culo ni un hierro candente de la Santa Inquisición. El jefazo rojo les dijo "venid pacá que sus vais a enterar", y los dos apóstoles de la velocidad partieron raudos y veloces mientras estudiaban en el avión que partía del lustroso aeropuerto de Singapur qué excusa le iban a poner a Monty… esta vez.
El presi ha llamado a consultas a los responsables de la Scuderia a ver si se les vuelve a escapar el Mundial, especialmente tras el toque de atencion que les dio el propio Alonso en Singa. El carrerista se bajó de Lego2012 algo mosca al ver que el poleman, Hamilton, le había calzado nueve bonitas décimas -casi un segundo- en la Q3, un salto insalvable por mucha magia que se atesore bajo la manga; casi un segundo es una eternidad a la hora de buscarse la vida en la parrilla de 2012.
La milagrosa recuperación de la primera media temporada protagonizada por los transalpinos parece haberse agotado; las vacaciones de agosto han resultado regular al coche rojo y la catarata de inventos transportados hasta Singapur parecen haber funcionado a medias. No es que hayan sido malos inventos; es que los gadgets del resto de equipos si que han funcionado y eso les hace perder pie.
En Maranello ni son idiotas ni unos zánganos; sencillamente sudan más de la cuenta en una era de recortes y limitaciones presupuestarias y aparentemente se han adaptado peor al maravilloso mundo de la simulación por ordenador, confiarse a los análisis informáticos en lugar de probar de manera interminable como antes y a no tener tan depurado su túnel de viento como los equipos británicos, que sacan tajada visiblemente donde los de rojo sufren más.
A tenor de lo visto, que un Ferrari esté liderando la tabla de pilotos parece más un acto de brujería que de eficacia, y el chófer del bólido encarnado ve, tras los tiempos logrados en esta última cita, como el resto de hombres-lobo empiezan ahincarles las zarpas a la altura de la pantorrilla; lo que era una aparente tranquilidad de líder consagrado, ahora se torna en visible preocupación. Haga lo que haga Alonso en Suzuka, saldrá líder, pero quedan seis carreras y la mala suerte no va a ser perenne en el resto, ni tampoco el cocinero del equipo le va a echar a diario tréboles de cuatro hojas en su ensalada, así que mete las cabras en el corral de Domenicali y le pide mejoras sólidas de manera pública a su gente. Sabe que marcarse un cero de aquí a fin de año puede ser su guillotina...

Hace poco, la Sagrada Biblia de la Velocidad, el semanario británico Autosport,  preguntaba en portada que "si alguien podía parar a Fernando Alonso" con la maestría al volante que está mostrando esta temporada. Virutas, el sabiondo de la clase, largó por su tuister "que si, que Ferrari era capaz de pararle" para asombro seguidores. El relato que precede a este párrafo explica más o menos la teoría, especialmente a sabiendas de que Ferrari posee una dilatada experiencia en echar por tierra temporadas que daba por ganadas por errores tontos o que podían haber sido previstos… ¿o es que a alguien se le olvida 'aquello de Abu Dhabi 2010'? Alonso hizo una segunda parte de temporada de libro, excepcional, sorprendente, pero el equipo falló ejecutando a la perfección una estrategia errónea.
Ferrari necesita a Alonso, pero Alonso necesita más que nunca a Ferrari. Ojalá les vaya bonito, porque ambos se merecen algo bueno, pero uno más que el otro…


PD: Vickie El Vikingo, héroe de la versión infantil nunca ganó con fuerza, sino con ingenio. Anotación: mandar a Vickie a Maranello a portes pagados.

(*) Montezuma era como llamaba Enzo Ferrari a Montezemolo en la intimidad… para regocijo de Bernie Ecclestone.

No hay comentarios :

Para comentar selecciona Nombre/Url.
Escribe tu nombre y tu comentario y listo calixto