El Gran Circo llega a Yeongam con Fernando Alonso y Sebastian Vettel separados por sólo cuatro puntos
Sin apenas tiempo para digerir la victoria
de Sebastian Vettel, la Fórmula 1 hace las maletas dispuesta a viajar
otra vez. ¿El destino? Yeongam. El motivo: la disputa del tercer Gran
Premio de Corea del Sur de la historia, la primera de las cinco últimas
pruebas del Mundial 2012. Sólo cuatro puntos distancian a Fernando
Alonso de Sebastian Vettel. Sólo cuatro puntos que ponen la salsa
picante a una temporada apasionante. Una temporada que, según el
español, es como si empezara ahora. Así pues, abróchense los cinturones
de seguridad: ¡arrancamos!
Puede que el circuito de Yeongam no tenga la historia de Suzuka ni
el prestigio de Mónaco, ni tampoco es el favorito de nadie; pero el
extraño trazado de 5,6 kilómetros de longitud tiene una alma especial.
De hecho tiene tres almas: dos largas rectas, una sección rápida y
retorcida, y un tramo "urbano". Combina lo que tanto le gusta a
Hermann Tilke (una gran frenada –si puede ser una horquilla, mejor-
tras una larga recta) y lo que tanto le gusta a los aficionados (zonas
rápidas con subidas y bajadas), pese a que se echan en falta peraltes y
alguna "curva mítica", aunque sea artificial.
Pero no hay duda de que es un gran escenario para una carrera de
Fórmula 1, gracias a la idea de instalar una zona provisional aledaña a
un circuito permanente; efectivamente, el circuito de Corea del
Sur une todas las características de un circuito normal moderno con
los muros y zonas reviradas de uno urbano, en el (futuro) puerto.
Futuro, sí, porque aunque la pista se estrenó en 2010, sus alrededores
todavía están sin terminar. Eso propició grandes críticas en su estreno
(que estuvo en el aire hasta el último día), aunque la pista, que es lo
importante, llegó a tiempo.
Mientras que aficionados y periodistas tenían que sufrir unas instalaciones provisionales en obras, los pilotos veían cómo el nuevo asfalto y el sistema de drenaje no habían sido convenientemente preparados y cuando llovió, el agua tendía a formar ríos y lagunas. La salida de la carrera tuvo que ser lanzada tras el coche de seguridad. Pero una vez la acción llegó sobre la pista, los adelantamientos y las luchas fueron emocionantes. ¿A quién le importan los yates atracados en el puerto mientras haya diversión sobre el asfalto?
NADIE ESTÁ DESCARTADO
Fernando Alonso y Sebastian Vettel llegan a Corea del Sur prácticamente igualados; sólo cuatro puntos los distancian.
Y, curiosamente, ellos son los dos únicos ganadores en esta pista:
Alonso ganó en 2010, y Vettel hizo lo mismo al año siguiente. Ambos
saben lo que es ganar aquí, y ambos tratarán de repetirlo. Muchos
aseguran que el título de este año ya sólo es cosa de estos dos
bicampeones mundiales; una lucha por ver quién es el primer tricampeón después de que Michael Schumacher ganara sus siete títulos.
"El mundial ahora es una lucha entre Fernando y Sebastian",
asegura el patrón de Red Bull Racing, Chiristian Horner. No está de
acuerdo Martin Whitmarsh, jefe de McLaren, que no tira la toalla aunque
sus pilotos están relativamente lejos del liderato, Lewis Hamilton a 42 y puntos, y Jenson Button a 60. "Hemos reducido las distancias y tenemos cinco carreras hasta el final". El propio Hamilton sigue pensando en ganar: "El coche de Japón iba muy bien; seguro que en Corea volverá a serlo. Voy decidido a luchar por ganar".Horner recapacita y les da la razón; no hay que subestimar a ningún rival con opciones. "No se puede descartar a nadie, aunque quien gane tendrá que hacer el mejor trabajo".
¿Y Kimi Raikkonen? Es tercero, y su rendimiento ha ido en aumento en las últimas carreras,
aunque no se ha reflejado siempre en los puntos conseguidos. No sería
descabellado pensar en su victoria si Lotus sigue sabiendo desarrollar
su monoplaza y mantener el rendimiento sobre la pista. La sexta posición
del finlandés en Suzuka podría haber sido mejor sin el incidente con
Alonso en la salida de Japón. Fue su segunda sexta plaza consecutiva, un
resultado que debe mejorar si de verdad quiere entrar de lleno en la
lucha por el Mundial. No sería la primera vez que Raikkonen ganase un campeonato casi por sorpresa
ya que en 2007 se aprovechó de la guerra interna en McLaren para lograr
su hasta ahora único mundial en su haber. El hombre de hielo quizá está
esperando su momento y, poco a poco, está al acecho.
ALONSO, EL NUEVO SAMURÁI
En Corea del Sur, Pirelli suministrará neumáticos blandos y superblandos, como en Mónaco y Canadá. Se trata de una pista relativamente nueva, todavía poco abrasiva con las gomas, que permitirá a los pilotos disponer de los neumáticos con más agarre sin que su duración se vea afectada en exceso. El optimismo de Alonso, pese a lo que podría pensar la competencia, está mejor que nunca. O quizá es sólo lo que el español intenta aparentar tras un descalabro como el de Suzuka: "Alonso se fue más triste que nadie a casa; está bajo presión", aseguró Whitmarsh en Suzuka el pasado domingo.
No es lo que trataba de aparentar el español, que llenó los muros de sus redes sociales y los micrófonos de los periodistas con mensajes optimistas y brillantes sonrisas. Es su táctica: quitarse la presión de encima dando la cara que el rival no espera; no hay pataletas, no hay reproches, no hay enfados, ni siquiera caras tristes; todo es motivación e ilusión. Ver el vaso siempre medio lleno, aunque esté rajado. Ferrari le ha pedido que luche "con el cuchillo entre los dientes" en lo que queda de campeonato. Y no sólo lo hará, sino que no desesperará si fracasa. Es la táctica de los samuráis que ha aprendido en Japón el pasado fin de semana. Quizá en Corea le dé mejor resultado.
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