Si Ferrari atina con lo que lleva a India, este fin de Mundial nos lo vamos a pasar de narices... pero más de uno llamará al 112
Por email, por el tuister, por Facebook, por el guasap -o como se escriba-. Llamadas al móvil, compañeros de curro por los pasillos y hasta la madre que nos parió. Todos. La pregunta es la misma:
—Tío, ¿Alonso puede ganar el Mundial?
Y el tío de miles de sobrinos enfermos de velocidad responde con rotundidad y sin dudar: "si, claro que si".
—Tío, ¿Alonso puede ganar el Mundial?
Y el tío de miles de sobrinos enfermos de velocidad responde con rotundidad y sin dudar: "si, claro que si".
Lo que pasa es que el jarrazo de agua fría del ceropelotero
que se marcó el asturiano en Suzuka y la desaparición de su muy
merecido liderato de la categoría en Corea ha dejado a sus seguidores
huérfanos de alegría, a Ferrari sorprendidos-temerosos, y a Alonso
cariacontecido mostrando calma y donando palabras tranquilizadoras pero seguramente con el temor de que por culpa de una gestión deficiente por parte de su escudería, otro Mundial se le escurra entre los dedos como el que quiere atrapar un puñado de agua.
La epidermis de los británicos es pintoresca: nunca se ponen morenos. O están blancos como los protagonistas de la saga cinematográfica "Crepúsculo" o se ponen coloraos como salmonetes estén ciegos o no de cerveza,
lo que incrementaría aun más esa sensación cromática. Así que la
ausencia de color de Adrian Newey a la vuelta de la canícula debería
haber dejado a más de uno pensando "a éste no le ha dado el sol, y algo
está tramando en su cueva". Y lo que estaba tramando eran unas de esas
mejoras que los observadores tardan unas pocas carreras en detectar,
pero que hacen volar a los coches azules de manera milagrosa.
Frigodedo arrebata al Chavo del Cinco la plaza de
jefe del rebaño con tres demoledoras victorias consecutivas y una bolsa
de 75 points donde el de rojo ha logrado tan sólo 30. La dieta
de arroz, muy extendida en los tres países orientales, ha sentado al
jaco encabronao como un laxante de calibre industrial y la fuerza con la que venía cabalgando y sometiendo al resto se le ha ido por la pata abajo.
Vettel, vigente Campeón va camino de su tercer reinato consecutivo si nada o nadie lo remedia y a día de hoy, el único que puede lograrlo, el bulldog que puede moderle la pantorrilla en su azul avance no es otro que Alonso. Caballo Loco Hamilton cuenta -de manera pública- con el apoyo de McLaren, pero desde que dijo aquello de "Aquí no hay quien viva, y me piro a Mercedes",
no ha vuelto a pisar el cajón, se autodescarta para el título y apuesta
por su excompañero asturiano como posible vencedor final este año. Kimi
Raikkonen ha hecho un año constante pero poco sonante; su acúmulo de
puntos -167- le ponen en situación de un posible birreinato, pero sin
una sola victoria y con un equipo de po$ibilidad€$ limitadas, el
desarrollo de su pepino decaerá sin duda a tan sólo cuatro carreras del
final de la temporada si no está extremadamente claro que pueda ser
Campeón... y no lo está.
Webber lleva años ejerciendo de monaguillo de Vettel y claro ha
quedado que si tiene coche para restar points al resto para ayudar a su
jefe de filas, lo hará y la demostración práctica se pudo ver en Corea;
hizo una merecida pole ante el cantaor de la copla esa del Gangnam Style, pero el rapero coreano agitó laciamente y con menos gracia que Iniesta la bandera arlequinada al paso de Sebas Vettel como ganador,
posición que se llevó en la primera vuelta relegando al australiano al
papel de
sígueme-pegadito-y-no-dejes-que-el-de-colorao-se-me-arrime-demasiado.
ALO temía como piloto a Hamilton porque sabe que es como él: capaz de
ganar carreras con un coche inferior. Vettel es otro tipo de piloto,
serio y eficaz, pero previsible como todo buen alemán que se precie y
por ello sin el genio más propio de los latinos que si tenía Schumacher.
Con lo que no contaba ALO, ni Ferrari, ni casi nadie era con que de la
pelada olla de Adrian Newey saliese alguna idea brillante que otorgase a
Vettel un coche superior, y cuando esto ocurre, es inalcanzable.
Para el que albergue dudas a este razonamiento, le basta con mirar el resto de temporada y observar que previamente a Monza, donde el germano se marcó un cero-cartón con la tan cacareada rotura de su alternador Magnetti-Marelli, el colega de Felix Baumgartner había visitado el podium en cuatro ocasiones, logrado una solitaria victoria en doce carreras. Cuando el coche brilla, el piloto también; pero sin él... mucho menos. Enfrente, el Lego2012 de Alonso ha mejorado una barbaridad en la primera mitad del año pero peor no pudo haber nacido y en la actualidad tampoco es un gran coche -sus tiempos en entrenos y cualifáin son poco sorprendentes-, pero sin embargo el chico de Oviedo se ha subido al cajón de madera en siete ocasiones y ha sometido al resto de la jauría venciendo en tres. Esto evidencia dos cosas: en el binomio encarnado hay más piloto que coche, y que ese carrerista saca más tajada de mismo en carrera que el resto aunque el bólido sea deficiente. Esto no es alonsismo, sino un razonamiento puramente matemático que no debería escapar al ojo del más botarate observador.
Para el que albergue dudas a este razonamiento, le basta con mirar el resto de temporada y observar que previamente a Monza, donde el germano se marcó un cero-cartón con la tan cacareada rotura de su alternador Magnetti-Marelli, el colega de Felix Baumgartner había visitado el podium en cuatro ocasiones, logrado una solitaria victoria en doce carreras. Cuando el coche brilla, el piloto también; pero sin él... mucho menos. Enfrente, el Lego2012 de Alonso ha mejorado una barbaridad en la primera mitad del año pero peor no pudo haber nacido y en la actualidad tampoco es un gran coche -sus tiempos en entrenos y cualifáin son poco sorprendentes-, pero sin embargo el chico de Oviedo se ha subido al cajón de madera en siete ocasiones y ha sometido al resto de la jauría venciendo en tres. Esto evidencia dos cosas: en el binomio encarnado hay más piloto que coche, y que ese carrerista saca más tajada de mismo en carrera que el resto aunque el bólido sea deficiente. Esto no es alonsismo, sino un razonamiento puramente matemático que no debería escapar al ojo del más botarate observador.
El problema, el hueso de la aceituna, la cláusula suelo de la
hipoteca de ALO para con su equipo es que se hace patente que la mítica
Scuderia no está a la altura de su fichaje, sin duda hay más jinete que
caballo. En Maranello no dan una explicación sólida al respecto, y
culpan a deficiencias en el túnel de viento al que directamente condenan
al "Liquidación por derribo" y se confían al del extinto equipo Toyota, el Colonia, al parecer un túnel de viento donde los pilotos de pruebas de la NASA y la Agencia Espacial Europea
babean al ver sus soluciones. Se habla de cambios de la dirección del
viento, modificación en su temperatura, soplados desde varios ángulos o
incluso algo llamado "visionado de partículas" (o lo que sea)
En definitiva un carísimo juguete con el que el propio Newey sueña en
sus siestas veraniegas y con el que podría hacer perrerías al resto
durante dos décadas... pero que en Ferrari con él o sin él, o se apresuran, o van a palmar la tercera corona en favor de los chicos de la sopa energética.
La parte positiva es que en Maranello han tocado el cornetín, todo va
a marchas forzadísimas, los simuladores, hornos autoclave y hasta los
becarios echan horas extras, en incluso se rumorea que es tal el ritmo
de producción de inventos, ideas, gadgets y soluciones que hasta se
están utilizando las instalaciones y sistemas de proveedores como
Dallara para fabricar todo esto. En principio y atendiendo a la
información suministrada por un 'garganta profunda', los apaños
que han salido de Maranello con destino a India pasan por difusor,
fondo plano, pontones y otras piezas importantes, pero básicamente
en la parte trasera del coche con especial incidencia en el plano
aerodinámico en consonancia con la de dar el calorcito adecuado a sus
Pirellis; ni mucho porque se cuecen, ni poco porque se quedan crudos.
Las pruebas virtuales dan buen resultado y los datos arrojados por
los japo-germanos de Poyota son positivos. A ver si en estas cuatro
carreras que quedan aportan la ayuda necesaria a los de colorao y
consiguen un coche parejo al RB8 actual -un moniplaza evidentemente superior- y vemos una lucha justa en el cuerpo a cuerpo. Si esto ocurriera, si
Ferrari lograse tener un coche tan sólo dos-tres décimas más lento que
el Red Bull, Alonso podría llevarse la tercera corona a su casa en
Colloto, pero necesita un empujón final que le permita estar un poco más cerca del actual líder.
Hace mucho escuchamos una frase de boca de Adrián Campos
cuando el asturiano estaba a punto de subirse en un F1. Aquella fría
mañana jerezana el de Alzira dijo ante su pupilo y un azulygris Minardi: "cuando este tiene la oportunidad, nunca la deja escapar, y esperaba esto de la F1 desde hacía años".
El resto es una bien conocida historia. También espera Alonso desde
hace años emular a Ayrton Senna, el tricampeao brasileño... y sólo le
falta un título, pero sigue al acecho pacientemente.
Cuatro carreras. Cien puntos. Un rival a batir. Un equipo mítico al que necesita. Y si... claro que hay posibilidades, mamá.
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