"One night stand" es una fraseja que los americanos tienen para definir a esas parejas temporales que se unen pa meterse un revolcón y darse gusto al cuerpo. Probablemente las dos partes tengan una pareja estable, pero esa noche las pasiones se desataron y en un hotelito de la costa las dos unidades biológicas se dieron el lote para mosqueo del resto de sus familias. El equipo de la estrellita cromada se debe al resto de compañeros so pena de sacar ventaja tecnológica y Pirelli, como eje pivotante sobre el que giran todos, se debe al trato de igualdad y tiene más de sheriff que de pistolero, y por definición debería ejecutar de observador impasible, pero la colleja del Tribunal Internacional delata su inclinación.
El problema es que Mercedes quiere -y debe- adelantar a sus hermanos de camada y el zapaterode la F1 no tiene ni contrato ni una reglamentación específica que le relacione con la gente de Todt, sino que tan sólo la tiene con Bernie y las escuderías, y por lo tanto, lo que digan en la Plaza de la Concordia, se la pela.
Queda demostrado que Merche y Pinrreli se dieron un revolcazo sobre el duro asfalto catalán con el coche actual, con cascos de pego para que nadie reconociera a sus chicos y con seguretas en la puerta para que no hubiera moscones… Virutas ha visto bancos con menos sistemas de seguridad. Esto estaba muy preparado y probablemente muy de acuerdo entre ambas partes para dejar menos rastro que un billete de 50 a primeros de mes.
El misterio ha quedado al descubierto y con ello se ha abierto la caja de los truenos. Los equipos andan revueltos ante la evidente tajada que se llevan de los cromado. Si el Grillo Rampante de Ferrari bate sus alas y mete ruido como si El Lorenzo pegara con saña, y no se muerde la lengua gritando a los cuatro vientos digitales que los anglogermanos se han embolsado una ventaja deportiva, los que están más calientes que los palillos de un churrero son los austriacos de Red Bull. Christian Horner eligió un sobrio traje gris marengo para asistir al juicio parisino aunque casi le hubiera pegado más haber ido vestido como el picador de José Ortega Cano. Helmut Marko pedía una sanción de 100 minolles de lauros, la misma que le endiñaron a McLaren en 2007 cuando el jaleo aquel del espionaje, un pellizcazo con el que podrías hacer andar dos escuderías perrunas una temporada completa.
A la F1 le vienen mal los escándalos, a Mercedes le vienen mal los escándalos, a Bernie le vienen mal los escándalos y al deporte le vienen mal… estos jaleos. Mercedes se aprovechó, sí, pero no trampeó resultado de prueba alguno (no el resultados en una carrera), no se aprovechó de otros de manera directa (no les espió) y nadie que conozca los entresijos técnicos puede pensar que tras tres jornadas de tests puedan resolver de manera radical las taras congénitas del W04. Mejorar si, algo, pero nada que de golpe les haga tener un caballo ganador. Su falta, más que práctica, fue la de pasarse la ética y las formas por el arco del triunfo.
El W04 es realmente bueno, mucho mejor que el del año pasado, pero está lejos de ser un bólido superior. En Brackley han logrado tener un monoplaza rapidísimo los sábados, acaparador de poles y comerciales titulares, para el domingo convertirse en el ñampa-zampa de las gomas. La carrera, precisamente de Montmeló, demostró que a ese coche le queda mucho trabajo por delante tras liderar a duo la parrilla y acabar sus chicos sexto y decimosegundo ante la plana mayor de la marca. La jugada de las pruebas fue un evidente movimiento a la desesperada de Brawn, una apuesta, un disparo al aire, un "me la juego porque en la m|3®Da ya estoy".
Obviamente el coche ha mejorado, pero no de una manera radical y definitiva. El resultado de Mónaco es engañoso por dos razones: el año pasado El Señor Mayor y el Príncipe de Beckelaer se marcaron un primer y tercer puesto el sábado con un coche peor, así que es fácil pensar que esta temporada, con un monoplaza mejor, no empeorasen. Al final de la prueba, la bandera roja provocada por Maldo, permitió un cambio de gomas no programado y con ello se desvaneció la posibilidad -para ellos- de una parada extra o que sus gomas fenecieran del puro uso. El resultado estaba tintado de potra. En Canadá las largas rectas, las frenadas al límite y el poco abrasivo asfalto premiaron su trabajo al no castigar sus zapatos como sí que ocurre en Montmeló, o en el venidero Silverstone, con superiores esfuerzos laterales. En el Circuito de Salut Gilles no existen curvas de alta velocidad.
¿Que impediría a Red Bull, Ferrari, o los muy necesitados McLaren que chapasen una pista tres días e hicieran lo mismo?
NADA. ABDOLUTAMENTE NADA (más allá que la vergüenza torera que le echen) ...si tuvieran gomas.
Pirelli raja y machaca -por ese orden- los neumáticos utilizados en tests y carreras, y retira los no utilizados, así que deja a los coches tan descalzos como Raquel del Rosario en su actuación Eurovisiva. Rodar, podrían rodar, pero necesitarían un cargamento de Pirellis, y tras la bronca y el muy posible acuerdo a largo plazo de la marca como proveedor, parece poco posible que se presten a verse involucrados en una jugada como esta. Así que:
Mercedes 1 - Resto de equipos 0
La jugada maestra de tahúr del Mississippi que es Ross Brawn les ha salido redonda. Han apostado fuerte y han ganado… poco, pero algo, aunque su apuesta gorda es 2014. Atentos a estos tíos el año venidero que para algo están reforzando a toda máquina su plantilla. Este mismo fin de semana, aparecerá por primera vez el ex-McLaren Paddy Lowe con la señal de la estrella plantada en su frente como un chamán hindú.
En cuanto al resto de equipos, el ruido mediático propio de la actualidad, irá diluyendo el eco de este jaleo, que pasará a ser un asunto menor. Mercedes no va a luchar por este Mundial y no va a ganar media docena de carreras, así que nadie les podrá echar en cara demasiadas cosas.
La de arena, la parte dulce de ese agridulce viernes repleto de bilis, vino de la mano de Renault con el nacimiento de manera pública del segundo propulsor (tras el de Mercedes) que condicionará la F1 durante los próximos años y cambie los coches de calle para siempre.
La llegada de motores di-rec-ta-men-te de la Formula1 al coche que tienes esperándote en el concesionario será mucho más rápida de lo que crees. Una vez desarrollado, el paso a montarlo en un coche de calle será poco menos que instantáneo con tan sólo ajustar los soportes y rebajar sus prestaciones en forma de software. El mismo propulsor con origen Renault podría ir montado en un Clio, una Kangoo, un Laguna, los Caterham de próxima aparición, toda la gama Nissan, algunos Volvos y toda marca que ande necesitada de motores de ultimísima generación a un precio razonable.
Para una marca como Kia o Hyundai -a modo de ejemplo- sería más barato encargar este motor a Mercedes, Fiat (Ferrari) o Renault que desarrollarlos, que es lo costoso, y llevarlos desde los 100 y hasta los 400 caballos de potencia con tan sólo trastear en su mapas motor y sin apenas modificación alguna. Habrá quien pueda pensar que serán motores muy apretados y con una vida útil limitada, pero no se tratará de exactamente el mismo ingenio, sino una derivación de los de carreras con leves modificaciones en su fisonomía y con la idea de que duren. Los coches de hoy día son realmente buenos y los motores de casi todas las marcas suelen durar más que el resto del coche; si un vehículo fallece, no es por un ataque cardiaco, sino porque las extremidades no le funcionan.
Tan claro está el tema, que Honda, marca señera que flojea con sus diesel y se ha visto superada por eterno archirrival Toyota con sus híbridos Prius, lo ha visto claro y dice que vuelve a la F1 de la mano de McLaren… lo que no dice es que se van a poner las botas colocando sus motores al que se los pida, y cuando los japos se ponen a fabricar algo en serie no hay quien les pare.
El paso al motor eléctrico está aun lejos debido a eso del reportaje callejero, aunque la tecnología híbrida de la mano del 1.6 litros, turbo y con ERS puede hacer dar un paso de gigante a la parte de la industria que apueste por él, y es precisamente Renault -y Honda- los más habituados a tratar con maquinaria de este calibre, tamaño y utilidad; son los que más tienen que ganar.
En lo deportivo hay tres elementos de juicio importantes en la jugada: gastarán un tercio menos y los coches cargarán un máximo de 100 kilos de agua de fuego, cada piloto sólo contará con cinco motores por año -y que en el futuro pasarán a ser cuatro- y la guinda es que el par motor, con el ERS de 160 jacos, empujará tanto y tan desde abajo que las gomas les durarán la mitad que ahora… si es que son las mismas que hoy, así que Pirelli, si es que continúa como proveedor, tendrá que modificar su consistencia, y vuelta a empezar con la asignatura de
Compresión de las Gomas
¿Aburridas las carreras? Si, pregunta a los técnicos del ramo de cada equipo, que por las noches se les aparece el fantasma de Giovanni Battista Pirelli, padre de la marca, y les da la noche. Sus parejas están negras porque dicen que las despiertan.