Sólo se llevan disputadas seis pruebas del mundial, pero la diferencia entre el asturiano y el alemán no puede ser más desproporcionada. Alonso tiene 69 puntos, sólo seis menos que en 2010, pero Vettel suma 143, 65 más.
Los números del asturiano son muy parejos a los de 2010. El inicio de campeonato no fue nada bueno y salvo la victoria en la prueba inicial en Bahréin, Alonso estuvo lejos del nivel esperado. Fue en la segunda parte del campeonato cuando apretó el acelerador con cuatro victorias más, y sólo un fallo en la última prueba le privó de ganar su tercer mundial.
La diferencia el año pasado entre ambos cuando se llevaban disputadas seis pruebas era de tan sólo tres puntos a favor del alemán. 78 por 75 con una victoria para cada uno. Una temporada después, la diferencia es abismal. El español es quinto en la clasificación, a tan sólo 16 puntos del segundo clasificado, Lewis Hamilton, pero a un mundo de Vettel: 74 puntos.
O Red Bull ha progresado más que Ferrari, o la escudería del Cavallino se ha estancado peligrosamente, o las dos cosas.
El alemán ya ha sumado esta temporada las mismas victorias que en todo 2010: cinco, lo que traducido en puntos son 143. Esto es más de la mitad de los puntos del año pasado, pero con catorce pruebas aún por disputar.
Los números y la historia le avalan. Nunca un piloto que ganó cinco de las seis primeras carreras dejó escapar el título. Su temporada sólo tiene parangón con la de Schumacher en el '94 y Mansell en el '92.
Es tal la superioridad del coche y del piloto (Webber tiene 64 puntos menos) que sólo una catástrofe o un cambio en la reglamentación, veáse difusores, podría alterar su proyección.
A este paso podríamos tener campeón a mitad de campeonato, algo inusual en un mundial que se está demostrando muy competitivo y que ha recuperado la emoción con múltiples alternativas, menos en lo que respecta al liderato de las pruebas.
Los números son elocuentes, ilustran lo que pasa en la pista, y esta temporada la superioridad de Vettel es aplastante, hasta las carreras locas caen de su lado, como se demostró en Montecarlo.
A favor de Fernando su extraordinaria solvencia como piloto y su capacidad para exprimir al máximo un decepcionante F150º Italia, que sin embargo en Mónaco dio síntomas de mejoría.
Si las mejoras que prometen introducir causan efecto, las distancias con Red Bull se podrían acortar de cara a las próximas carreras.
Otro argumento para los optimistas. El incremento de grandes premios (este año uno más si finalmente Bahréin se disputa) ofrece un mayor margen para obrar el milagro.
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